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Asteroides
¿Por qué nunca verás un asteroide potencialmente peligroso chocar con la Tierra?
Que un asteroide llegue a impactar contra la Tierra es poco probable, pero cada vez que se anuncia la aproximación de alguno saltan todas las alarmas y nos entra un poco de temor. En gran parte esto es provocado por el desconocimiento sobre las medidas que se toman para evitar cualquier impacto con la superficie terrestre.
Hace apenas unos meses, al poco de salir del confinamiento por el coronavirus, la Agencia Espacial Americana (NASA) alertaba que a finales de julio un asteroide potencialmente peligroso, se aproximaba a la Tierra. Pero, el 020ND, una roca que circulaba por el espacio a una velocidad cercana a los 50.000 km/h, pasó de largo, sin repercusiones.
Entonces, ¿cuál es el criterio que se usa para considerar a un asteroide como más o menos peligroso?. En astronomía se conoce como asteroide potencialmente peligroso a los objetos próximos a la Tierra, tanto cometas como asteroides, que están a una distancia mínima de intersección a la órbita, de 0,05 unidades astronómicas o menos.
Según estos criterios establecidos por la NASA, se considera que estos objetos pueden acarrear cierto riesgo de impactar contra la Tierra causando daños pequeños o grandes catástrofes, como la que hace 65 millones de años provocó la extinción de los dinosaurios, o la que hace poco más de un siglo devastó una región de 2000 km2, en Tunguska, en Siberia.
El espacio está lleno de objetos y aunque muchos de los de menor tamaño se desintegran en la atmósfera, el escudo protector de la Tierra, algunos la cruzan y acaban llegando a tierra firme. Aun así hay que tener en cuenta que los impactos de asteroides grandes, es decir de más de 100 metros de diámetro, son poco frecuentes, cayendo una vez cada 10.000 años.
¿Podría volver a ocurrir?
Es poco probable que se pueda dar una situación tan devastadora que arrase por completo alguna parte del planeta. Y es posible afirmarlo con bastante firmeza, ya que actualmente los astrofísicos estudian y hacen seguimientos continuos de estos cuerpos celestes, para prevenir un posible impacto, al igual que para recabar más información sobre el universo.
En terminología astronómica se usa la palabra NEO, que significa según su traducción del inglés ‘objetos cerca de la Tierra’. Y son estos objetos los que son monitorizados por los científicos de todo el planeta, para prever si pueden acabar siendo una amenaza directa para el planeta ahora o en un futuro.
¿Y si un asteroide se acerca demasiado a La Tierra?
Los asteroides son restos de la formación del sistema solar, y detectarlos es bastante difícil ya que son objetos pequeños, oscuros, y que se ubican a distancias enormes.
Por esta razón los astrónomos escudriñan el cielo desde la Tierra, con grandes telescopios, para intentar encontrarlos. Por ejemplo, la NASA posee una red de telescopios en puntos estratégicos de la tierra y el espacio como el WISE., y también la Agencia Estatal Europea (ESA) mira al cielo desde la Estación Óptica Terrestre (OGS), que se encuentra en el Observatorio del Teide.
Aunque solo oímos de los riesgos potenciales de choques, esporádicamente, existen muchos objetos celestes que se acercan a la Tierra muy a menudo. Y es que se calcula que más de 20.000 objetos pasan cerca de nuestro planeta, pero de estos, menos de una décima parte tienen una posibilidad, y baja, de chocar contra la Tierra.
Sobre esos, los científicos investigan y hacen pruebas con antelación para estar preparados en caso de que haya un impacto. Así los astrónomos pueden predecir con gran precisión cuáles y cuántos son los objetos que pueden llegar a chocar con la Tierra, y decidir cuál es el mejor método para desviar su trayectoria.
Por eso tanto la NASA como la ESA cuentan con programas propios para detectar objetos peligrosos y además colaboran en misiones conjuntas, como AIDA (evaluación de desviación de impacto de asteroides), la primera misión destinada a probar tecnología que puede cambiar de órbita a un asteroide.
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