Medusas

¿Por qué la picadura de la medusa carabela portuguesa es tan peligrosa? Ya ha obligado a cerrar varias playas

La especie, que suele estar más presente en el Cantábrico, ya ha llegado a las costas de Cataluña. Varias playas del país se han visto obligadas a poner una bandera roja por la medusa.

Carabela portuguesa

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La temida medusa carabela portuguesa está cada vez más presente en las costas españolas. Esta especie tan peligrosa, cuya picadura puede ser en casos extremos mortífera, suele encontrarse en las aguas del Cantábrico. Sin embargo, ya ha circulado por playas de la provincia de Tarragona, Castellón y Alicante y eso ha hecho saltar las alarmas tanto a los bañistas como a las autoridades.

Josep-Maria Gili, biólogo marino e investigador del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona, explica a Antena 3 Noticias los graves efectos que tiene el roce de este animal con la piel humana. "Cuando toca la piel, el dolor es muy intenso y da lugar a inflamación, siendo una quemada muy dura y punzante", subraya. La medusa carabela portuguesa contiene además una gran cantidad de veneno, ya que es un animal que está alimentándose continuamente.

Sus consecuencias son muy graves de solamente rozarnos con ella cuando nos adentramos en el mar: problemas sistémicos como arritmias, ataques cardíacos o mareos, entre otras. "Ha habido casos de mortalidad", añade Gili.

La especie, también conocida como 'Physalia physalis' -en el lenguaje científico-, se diferencia de otras medusas por su color morado, violeta e incluso azulado. Al mismo tiempo, suele flotar en la superficie y se mueven más rápido con las corrientes marinas y el viento. Otro de los aspectos que caracterizan a la carabela son sus tentáculos.

"Tiene tentáculos muy largos y grandes y, a diferencia del resto de medusas, un veneno más tóxico y doloroso para nosotros", explica el biólogo marino. ¿Y qué debemos hacer si nos pica?

El tratamiento adecuado en caso de picadura

Josep-Maria Gili asegura que el calor es el mejor tratamiento para una picadura de medusa carabela portuguesa. "El dolor es tan intenso que el calor anestesia", expone. Por ello, cremas con cortisona y antisépticos se convierten en el mejor aliado para superarla. "La cortisona baja la inflamación y los antisépticos hacen que no se infecte la herida", añade. El agua del mar también ayudará a resistir a la picadura.

"No hay que aplicar ni vinagre, ni amoníaco, ni alcohol ni remedios de la abuela, solo agua de mar", aclara.

De cualquier forma, lo mejor cuando hay medusas carabelas a la vista es no bañarse. Una de los riesgos que esconde este animal es que su bolsa puede ser diminuta, pero los extensos tentáculos que tiene se ocultan fácilmente en el fondo del mar. "Solo con nadar atraemos esas pequeñas piezas a nuestro cuerpo", señala.

¿Por qué aparecen las medusas en sitios donde no estaban?

Josep-Maria Gili recuerda una fotografía que mostró hace 40 años la picadura de una medusa carabela portuguesa en un niño. Ocurrió en el Delta del Ebro, y desde aquel momento los investigadores del Instituto del Mar de Cataluña decidieron analizar con profundidad el animal. "La gente la había confundido con otras especies y objetos flotantes", por lo que era una "novedad".

Sin embargo, en 2024 ha vuelto su presencia a las aguas catalanas pese a tener su origen en el Océano Atlántico. De ahí van a las costas españolas del mar Mediterráneo a través de las playas de Huelva para subir hasta el canal de Ibiza. Una vez allí se desvían hacia las Islas Baleares.

Lo sorprendente en las últimas semanas es que las aguas que vienen del norte del archipiélago balear ya son lo suficientemente cálidas como para penetrar por la costa de Castellón y subir hasta Tarragona. Gili explica cómo surgen las colonias de la carabela portuguesa.

"Es una especie que durante la mayor parte de su ciclo de vida parte de un huevo que va creando una colonia y al final de su ciclo de vida, su polipo se infla y va a la superficie", señala.

La probabilidad de que la colonia aterrice a las playas aumenta con el verano, ya que las aguas están más cálidas. "Cuarenta años después ha vuelto a aparecer gracias a las condiciones del mar que son suficientemente cálidas como para que florezcan", subraya.

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