Conflicto vecinal
Las quejas contra Jacobo, el propietario de un piso conflictivo en Santiago: "Nos tiró amoniaco"
El 2ºD del edificio número 12 de la calle Touro es una vivienda de ruidos constantes: "es culpa del aislamiento del edificio". Los vecinos están hartos y aseguran que "cada día va a peor".
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Una vecina del número 12 de la calle Touro, en Santiago, ha sido agredida por uno de los inquilinos del 2ºD, un piso conflictivo para el resto de personas que viven en el edificio. Todo comenzó hace dos meses, cuando el propietario del inmueble, Jacobo, se vino a vivir a él. Desde entonces, fiestas nocturnas, desperfectos en el portal, trasiego constante de personas, "trapicheos" y hasta amenazas de muerte.
"Bajamos a llamarle la atención. Salieron detrás nuestra con un bote de amoniaco, a mí me cayó en el ojo y ya he puesto la denuncia". Son las palabras de Ángeles, una de las vecinas del número 12 de la calle Touro. Este viernes, sufrió una agresión de uno de los inquilinos del 2ºD: "En urgencias me dijeron que no tengo la córnea afectada, pero ahora no puedo conducir en una semana. Quiero una orden de alejamiento". Así de tajante es Ángeles con las personas que viven en el piso conflictivo de este edificio desde hace dos meses.
Todo comenzó cuando Jacobo, el ahora propietario del piso desde que han fallecido sus padres, vino a vivir a él. "Iba a reformarlo, decía. Han roto y defecado en el portal, tenemos que dormir con el telefonillo descolgado porque llaman a cualquier hora…", son las quejas de otra vecina que no quiere que se sepa nada de su identidad: "¡es que tengo miedo! De hecho, bajo con mi hijo a la parada por si se los encuentra". "Era buen chaval, pero desde que fallecieron lo padres se relacionó con una gente...", y la mayoría de vecinos coinciden en que Jacobo no era ni es el problema, lo son sus nuevos compañeros de piso.
La versión de Jacobo
Jacobo abre la puerta de su casa para atender a un equipo de Antena 3 Noticias, aunque falta no hace, porque no cierra, la cerradura está reventada. "Es culpa del aislamiento del edificio, yo escucho los muelles del colchón cuando se dan la vuelta". Es su respuesta a los vecinos. "Ellos quieren tranquilidad, yo estoy en una época menos tranquila", ponen música, toman unas copas y dice que se lo pasan bien, pero nada más.
"Nunca nadie se nos ha quejado, ¡la policía vino el otro día por el cuchillo!". Se refiere a la intervención policial por la agresión del viernes. Jacobo defiende que son los vecinos los que le "amargan, viven amargados y yo estoy pasando una época muy mala”. Comenta que "igual en un mes reformo el piso y hago un puticlub, o un piso de estudiantes... estamos en obras".
Antes de poder entrevistarlo, las otras tres personas que se encuentran en ese momento en el piso, dos hombres y una mujer, quieren "hacerlo bien". "Déjanos recoger y hablamos", dice el hombre que le tiró el amoniaco a Ángeles, porque él mismo lo reconoce: "el otro día vino una vecina a amenazarnos, cogí amoniaco y se lo tiré". Cuando Jacobo se sienta para dar su versión de los hechos, tras una discusión entre ellos por ver quién hablaba y qué dice, se acaban marchando todos menos el propietario.
La policía ha intervenido en el edificio
La policía ya ha intervenido varias veces en este edificio y a los vecinos les aconseja que sigan denunciando para que un juzgado pueda hacer algo, porque ellos no pueden entrar solo por el ruido. Ya se han interpuesto varias denuncias contra ellos, y el resto de propietarios, el 80% son personas mayores, quieren volver a vivir tranquilos.
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