Violencia vicaria
Radiografía de la violencia vicaria en España: cuando la amenaza del hijo es uno de sus padres
El caso del parricidio de Barcelona es un claro exponente de violencia vicaria, la que tiene como objetivo a los hijos de la pareja. Según cifras oficiales, en los últimos ocho años, 41 niños han sido asesinados en nuestro país por sus propios padres.
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La violencia vicaria llevada al extremo está protagonizada por individuos capaces de poner fin a la vida de sus propios hijos. Silvia Álava, doctora en psicología, explica que el objetivo fundamental es hacer daño a la pareja porque saben que les van a dar donde más les duele. "Cuando en cierta manera la mujer va marcando límites, el hombre intenta hacerlo a través de esta manipulación a través de los hijos, ya sea con negligencias o amenazas", señala Pilar Conde, psicóloga de Clínicas Origen.
"Con las mujeres hay que tener cuidado porque también lo hacen. La diferencia es que cuando ya se habla de violencia con un contenido agresivo, física o incluso llegando al extremo de la muerte, es muy poco habitual que lo realice una mujer", matiza Álava.
No hay un perfil concreto de este tipo de asesinos y los expertos concluyen que es muy difícil detectarlos con antelación. Lo que sí que aconsejan es mantener a los hijos ajenos a los procesos de separación y cuanto más complejos sean estos más posibilidades hay de que los cónyuges utilicen a los menores como moneda de cambio, una espiral muy peligrosa para los hijos.
Los datos de la violencia vicaria en España
En España hay detectados 470 menores en riesgo de convertirse en víctimas de sus propios padres, 55 en grado alto y 1 en peligro extremo.
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