Después de la tragedia del Madrid Arena, el Ayuntamiento de Madrid vigila con especial celo todos los actos que se celebran en sus espacios públicos. Uno de ellos es el popular rastrillo de Nuevo Futuro, que ha estado a punto de suspenderse porque los técnicos municipales detectaron anomalías en el sistema eléctrico.
Los responsables del evento han tenido que trabajar toda la noche para subsanar el problema, y ayer por la tarde se vivieron momentos de tensión en el recinto. No se sabía si los técnicos iban a llegar a tiempo de subsanar las deficiencias y los encargados de los 80 puestos y 1.200 voluntarios que participan en este rastrillo llevaban una semana trabajando sin parar.
Finalmente, todo se ha arreglado y se ha contado con el informe favorable de los bomberos. Así que, por fin, a las 11 de la mañana ha quedado inaugurado oficialmente el rastrillo de Nuevo Futuro y, a las 12, ha llegado la alcaldesa Ana Botella, que ha saludado cordialmente a la presidenta de honor de Nuevo Futuro, la infanta doña Pilar.
Un abrazo entre ambas cerraba una noche de intenso trabajo para que hoy el rastrillo pudiera abrir sus puertas como cada año. Botella asegura que hace días se detectaron problemas en la instalación electríca, y que tuvo conocimiento de ellas no hace mucho tiempo. Afirma que "desde ese momento se empezó a trabajar" y que, como anoche aún no se habían finalizado los arreglos, han tenido trabajar en ellos.
Doña Pilar, en medio de una gran expectación, ha valorado la decisión de la alcaldesa. Dice que Ana Botella no podía tomar otra decisión por el informe que le habían presentado pero recalca que "el Ayuntamiento ha estado estupendo". Preguntada por el porvenir de los niños en caso de suspenderse el evento, la hermana del Rey ha respondido: "¿Qué hago con 1.100 niños, los pongo a la puerta del Ayuntamiento?".
Sin embargo, los 1.100 niños que viven en los hogares de Nuevo Futuro, pueden estar tranquilos. En el rastrillo se trabaja hoy a pleno pulmón y, hasta el próximo día 2 de diciembre, se pueden hacer todo tipo de compras solidarias.
En este mercadillo, las antiguedades están garantizadas, pero también todo tipo de objetos nuevos: juguetes, ropa, bisutería e incluso carne. Y es que aquí todo se transforma en ayuda.
El año pasado visitaron el rastrillo unas 23.000 personas.
