Cantabria

Recrean la vida en Marte en una cueva de Cantabria para poder pasar un año en el planeta rojo

El proyecto de la empresa española Astroland comenzó a fraguarse hace casi cuatro décadas, el objetivo: Pasar un año en Marte.

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Visten como astronautas y se comportan como si estuvieran trabajando en Marte, aunque realmente están más cerca de nosotros. Concretamente, en la localidad de Arredondo, en Cantabria, dentro de una cueva. Se trata de científicos, ingenieros y psicólogos que estudian el comportamiento humano en entornos hostiles, como en el planeta rojo. El proyecto es idea de la empresa española Astroland y lleva cuajándose casi cuatro décadas.

Este miércoles, el equipo de Antena 3 Noticias se ha desplazado hasta la zona. La idea es desarrollar todo lo necesario para pasar un año en Marte. Desde el centro de operaciones del proyecto se monitoriza todo lo que ocurre dentro de la cueva de Arredondo. Trabajan experimentando cómo es operar en la superficie del planeta rojo. Viven como los astronautas, comen como ellos y sus estudios y conclusiones serán analizados por la comunidad científica.

Las imágenes del interior de la cueva muestran 'los primeros pasos' de estos científicos en la que va a ser su casa durante los próximos días. "Para nosotros están en Marte a todos los niveles", cuenta Manuel Leira, encargado de Comunicaciones de Astroland. Su equipo controla todos los movimientos y monitorizan en tiempo real cada una de sus decisiones.

Intentar acostumbrarse a las condiciones de Marte

"Es realmente apasionante desde el primer momento que entramos", explicaba un biólogo del proyecto. "Es curiosos porque es cómo si no pasasen las horas", remarcaba con una sorpresiva expresión. Las condiciones de marte son realmente duras: temperaturas extremas, tormentas de polvo o alta radiación.

"Lo más compatible que hay con la vida humana en Marte es establecerse debajo de tierra, en los tubos de lava", explica David Ceballos, CEO de Astroland. Y lo más parecido a esos tubos de lava en la Tierra es la cueva cántaba de un kilómetro y medio y paredes de más de 60 metros de altura. Cuánto más tiempo pasan allí, más información recogen.

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