Se refuerza la búsqueda en el mar de Anna y Olivia, las niñas desaparecidas en Tenerife, con ayuda de un sónar

A Antonio Tomás, el padre de las niñas desaparecidas en Tenerife se le pierde el rastro en el puerto de la Marina en Tenerife. Cargó varios bultos antes de zarpar. Todas las líneas de investigación siguen abiertas.

La clave del caso está en el mar por ello la Guardia Civil refuerza ahí la búsqueda con ayuda de un sónar peinarán el fondo marino para detectar cualquier objeto extraño.

Con este sónar se pueden detectar desde latas de refrescos, a muñecos o maletas. Todo a más de 600 metros de profundidad.

Tampoco se descarta un plan de fuga con transbordo a un velero que sin necesidad de repostar y con un patrón experto podría cruzar el Atlántico.

Los expertos en navegación creen que pudo abandonar el barco poco después ya que 17 horas más tarde la embarcación aparecía a 19 kilómetros al sur, vacío y a la deriva. Al remolcar la embarcación de Antonio Tomás de nuevo al puerto, los investigadores repararon en que la lancha, de 6 metros de eslora y con un pequeño camarote, no tenía el ancla. Tampoco tenía activado ningún sistema de geolocalización.

Un amplio despliegue de medios técnicos y humanos peina la isla de Tenerife por tierra, mar y aire en busca de cualquier pista que permita dar con el paradero de los desaparecidos, y, en paralelo, ayude a reconstruir los últimos movimientos del padre.

La Interpol ya publica sus fotografías para que se difundan por todo el mundo. El entorno de la madre de Anna y Olivia ha divulgado un vídeo de las niñas con la idea de que tenga la mayor repercusión posible. Beatriz Z. no pierde la esperanza de volver a ver a sus pequeñas y de desmentir el escalofriante aviso que le trasladó su ex el día de autos.

La Fundación Aliados entrega los IX Premios de Periodismo contra la Violencia de Género