Parejas
Las reglas para tener una (sana) discusión con tu pareja
Discutir de vez en cuando en la pareja es algo habitual y normal. Y, siempre que no sean discusiones excesivamente frecuentes, ni tampoco violentas, la aparición de discrepancias es natural cuando dos personas comparten cualquier ámbito de su vida de una manera intensa.
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En una pareja que no discute nunca es muy probable que uno de los dos esté reprimiendo sus ideas u opiniones, bien por temor a crear conflictos y no saber solucionarlos correctamente, bien por presión de la otra persona.
Reglas para que una discusión no se nos vaya de las manos
Saber por qué nos enfadamos y desde qué emoción
Mirar si realmente hay una causa real o un motivo como para iniciar una discusión con la pareja. No es lo mismo un enfado desde la ira, que desde la tristeza, el rencor o el desengaño.
Buscar el momento adecuado
Hay que saber elegir bien el momento para discutir. No se debe discutir en un momento de hambre, sueñoo cansancio.
Las discusiones se deben hacer en el seno de la intimidad de la pareja. Por tanto, no se debe discutir ni entre gente extraña (la calle), ni con familiares o amigos ni, por supuesto, delante de los hijos y nunca delante de ellos si es por una cuestión que les atañe
Ni gritar, ni insultar, ni desprestigiar al otro
Debemos mantener en todo momento el respeto a la persona. Hay que centrarse en el objeto de la discusión, no en la pareja, debemos de pensar que el que tenemos enfrente es la persona de la que estamos enamorados.
No utilizar un tono acusador
No es lo mismo hablar desde la empatíaque desde la acusación. En este último caso la discusión se agrava más y puede llevar a una tensión considerable y, desde luego, a ningún acuerdo. Es mejor hablar desde el "yo" expresando lo que sentimos, que desde el "tu" recriminando.
Dejar que el otro exponga sus argumentos, darle tiempo y escucharle
No se debe discutir por discutir, para llevar razón o por dominar, eso es una pelea no una discusión. La voluntad de ambos debe ser llegar a un acuerdo que beneficie a los dos.
No sacar cuestiones antiguas que no vienen al caso
Hay que centrarse en el presente. En el objeto de la discusión.
No hablar de terceros
No se deben hacer agravios comparativos de cómo eran sus parejas anteriores en ese tema o referencias a sus respectivos padres o familias. Hay que centrarse en el tema de la discusión, sin atacar a la persona en su individualidad
Hay que saber cuándo frenar la discusión
Si vemos que estamos demasiado nerviosos y somos conscientes de que la conversación se nos está yendo de las manos, es mejor dar media vuelta, y tomarse un respiro, incluso saliendo de casa o del ambiente en el que se está discutiendo con la pareja
No hay que tomar ninguna decisión en ese momento de enfado
Eso de ahora me marcho y hago las maletas es mejor no. Hay que esperar a que las aguas se calmen para, en frío, analizar toda la situación y tomar la mejor decisión.
Saber discutir tiene sus beneficios en la relación de pareja
1.- A través de la discusión también expresamos nuestros puntos de vista y conocemos lo que realmente siente y piensa nuestra pareja.
2.- Cuando sabemos discutir y llegamos a acuerdos, el lazo de la relación y la confianza en la pareja se afianza.
3.- A través de la discusión demostramos y nos demuestran que somos importantes para el otro y que le importamos.
4.- Aprender a discutir nos libera de tensiones y es beneficioso para la salud. El enfado acumulado genera un incremento de cortisol y adrenalina en el cuerpo, lo que lleva a problemas digestivos e incluso al abuso de sustancias nocivas como una forma de sobrellevar la situación. Hablar sobre lo que no funciona despeja la adrenalina y la hormona del estrés (cortisol) del cuerpo y libera endorfinas, haciéndolo más feliz y saludable.
Y si ustedes, queridos lectores, quieren un consejo para que la discusión con su pareja no se les vaya de las manos… En pareja se pueden escribir normas de conducta para el momento de la discusión que se dejan en un lugar visible de la casa para que se vean y se respeten. Estas normas han sido consensuadas en pareja anteriormente y se han prometido cumplir.
La clave no es dejar de discutir, sino aprender a hacerlo bien
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Alicia López Losantos es psicóloga y socióloga
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