Bernardo Montoya, el detenido por su presunta relación con el crimen de Laura Luelmo en El Campillo (Huelva), llevaba dos meses en libertad tras salir de prisión el pasado mes de octubre una vez que cumplió una condena de dos años y diez meses por dos robos con violencia contra mujeres ocurridos en 2015, según confirman fuentes conocedoras del caso.
Previamente, cumplió otra condena de 17 años y nueve meses, en esta ocasión por el asesinato, obstrucción a la justicia y allanamiento de la vivienda de una anciana de 82 años en Cortegana, a unos 50 kilómetros de El Campillo, el pueblo donde vivían en la actualidad Laura Luelmo y el principal sospechoso de la muerte de esta maestra zamorana de 26 años.
Durante su primera condena, confirmada por la Audiencia Provincial de Huelva en 1997, Bernardo aprovechó un permiso penitenciario concedido en 2008 para tratar de agredir a una joven de 27 años que paseaba por un parque de El Campillo, hiriendo al perro de la muchacha de una puñalada. Fue condenado por amenazas por el Juzgado Penal número 3 de Huelva a un año y seis meses.
El programa 'Alerta 112' de Antena 3 emitió en 1999 un episodio sobre este caso. En el reportaje se muestra a los vecinos de la localidad exigiendo la expulsión del pueblo de los Montoya, unos hermanos que, según aseguran, han causado mucho daño al pueblo.
Bernardo tiene 50 años y su familia es originaria de Badajoz. De los nueve hermanos del clan de los Montoya destaca el historial de agresiones contra mujeres de Luciano, gemelo de Bernardo, y que fue descartado como sospechoso de la muerte de Laura Luelmo al estar en la prisión de Ocaña (Toledo) el 12 de diciembre, el día que desapareció la maestra natural de Zamora.
El principal sospechoso de la muerte de Laura Luelmo estuvo en prisión por la muerte de una anciana de 82 años. Los hechos ocurrieron el 13 de diciembre de 1995, cuando Bernardo sufría una grave adicción a la heroína y a la cocaína desde hacía varios años, motivo por el que la Audiencia Provincial de Huelva aplicó en el delito de asesinato una atenuante analógica.
La Audiencia consideró probado que los hechos tuvieron lugar sobre las 23.30 horas, cuando Bernardo Montoya, provisto de un machete "y con la finalidad de acabar con la vida" de la víctima, penetró en el domicilio de ésta "para impedir que pudiera declarar en su contra" en un juicio que se iba a celebrar contra el condenado por delitos de allanamiento de morada y lesiones causadas a la fallecida.
De este modo, el encausado entró en la vivienda de la víctima "a través del hueco de una de las ventanas de la casa, cuyo cristal abrió de un empujón", y, una vez en el dormitorio, "se agazapó detrás de la puerta de la habitación". "De forma sorpresiva e inopinada, y sin mediar palabra, acometió" a la mujer con el machete que portaba al entrar la víctima en dicha habitación.
Bernardo le asestó a la anciana una puñalada en la región dorsal, cayendo la mujer al suelo, tras lo que el condenado "se abalanzó sobre ella y le propinó otras seis puñaladas en el cuello", que le causaron la muerte. Esta sentencia se consideró ya cumplida en el año 2013.
El clan de los Montoya se ha visto involucrado en diferentes altercados. En abril de 2008, una joven de 27 años fue atacada por un hombre cuando paseaba con su perro por un parque de El Campillo, a unos 30 kilómetros de Cortegana. La joven consiguió que no se consumara la agresión, en parte gracias a su perro de la raza pastor alemán, que recibió una puñalada de 15 centímetros.