El río Júcar a su paso por la provincia de Cuenca se desborda en algunas zonas de la ribera

El río Júcar a su paso por la provincia de Cuenca se ha desbordado en algunas zonas de ribera, como en Huélamo, donde hacía décadas que el caudal no era tan alto, mientras que en la capital conquense su Ayuntamiento mantiene las medidas preventivas por seguridad en varios puntos.

El teniente de alcalde de Huélamo, Martín Pérez, ha explicado que el deshielo de los últimos días en las zonas más altas ha aumentado notablemente el caudal del Júcar, que se ha desbordado en algunos puntos del término municipal, aunque no ha afectado al pueblo que está ubicado en una ladera. "Bajaba desbordado y se han inundado los llanos", ha indicado Pérez, quien ha señalado que el Júcar discurre por el término municipal en unos 14 kilómetros. El aumento del caudal ha generado una destacada estampa a lo largo de su recorrido por las tres provincias por las que discurre, como son Cuenca, Albacete y Valencia, donde desemboca.

El río Júcar nace en Tragacete, en la Serranía conquense, y tras el desembalse que se produjo ayer en el pantano de La Toba ha alcanzado en las últimas horas su pico máximo, de 124 metros cúbicos por segundo a su paso por la capital.

Eso obligó al Ayuntamiento de Cuenca a adoptar medidas preventivas como acotar zonas de la ribera en el recinto ferial, Alameda o puente de San Antón. Si bien, el mayor peligro se produciría si se alcanzaran los 180 metros cúbicos por segundo, según ha explicado el concejal de Servicios a la ciudad, Pedro José García Hidalgo, quien ha señalado que, de momento, la previsión es que vaya bajando el caudal.

No obstante, mantienen las medidas preventivas por el deshielo y el aumento de las temperaturas, por si la situación se pudiera revertir en los próximos días. En otros puntos como San Lorenzo de la Parrilla el caudal ha llegado a sumar 142 metros cúbicos por segundo en las últimas 24 horas, según los datos de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). El embalse de La Toba sigue rozando el lleno, que se alcanzaría con casi 10 hectómetros cúbicos de agua embalsada.