País Vasco
El río Urumea, en Donostia, se ha convertido en un 'vertedero submarino': "Hay hasta 6 retretes"
Las plataformas ecologistas denuncian que la desembocadura del río se acumulan cientos de objetos en su lecho, desde sillas hasta camas.
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"Es que hay hasta seis retretes". Es la queja de un vecino que mientras graba desde lo alto de un mirador el fondo del río Urumea, en Donostia, observa lo que se está acumulando en su lecho: sillas, bicicletas, mesas de planchar y hasta camas. Esos seis retretes tan solo son una parte de los que él alcanza a ver porque los ecologistas estiman que al menos la cifra ascendería a 15.
Por eso, diferentes plataformas denuncian el "lamentable aspecto" que tiene el río y que se ha convertido en un 'vertedero submarino' en su desembocadura en Donostia. En un comunicado, el grupo ecologista Eguzki ha concretado que son "varias toneladas de restos en un espacio cercano a los 200 metros" y que, además, se encuentran en "el corazón" de San Sebastián.
Chatarra bajo el agua
La zona afectada, concretamente, se encuentra en el margen izquierda del río, entre los puentes de Mundaiz y el de María Cristina, donde se acumulan "cientos de objetos" como "somieres, sillas, bicicletas, mesas para planchar, cocinas y hasta una quincena de inodoros", enumeran en un largo listado.
Por ello, el colectivo ha pedido que de forma urgente "las instituciones responsables" como lo son el Ayuntamiento de San Sebastián y el Servicio de Costas de Gipuzkoa, eliminen este vertedero. "Ambas instituciones quizás escondan su responsabilidad e inactividad excusándose en las riadas de noviembre y diciembre, pero a los miembros de Eguzki nos consta que la acumulación de residuos en esta zona comenzó antes de esas riadas", señalan en el comunicado.
Los verdaderos responsables
Y añade: "De todos modos, los verdaderos responsables de este vertedero son los malhechores que arrojan impunemente este tipo de residuos al río, y por desgracia, parece que no son tres o cuatro".
Ya hay vecinos que se han acercado a limpiar la zona pero "la tarea de limpieza no debe ser exclusivo de los voluntarios de buena fe", insisten desde Eguzki, porque el problema es tal que es necesario que "la la lleven a cabo profesionales".
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