Sanidad aconseja a los sanitarios que no se hayan sometido a la prueba del coronavirus, pero que presenten síntomas desde hace siete días, que se incorporen al trabajo transcurrido ese tiempo si no tienen fiebre, no han tomado antitérmicos en tres días y no tienen ya clínica respiratoria.
Ese es uno de los planteamientos que hacen los técnicos del Ministerio de Sanidad en la última "Guía de actuación frente a COVID-19 en los profesionales sanitarios y sociosanitarios", con fecha del pasado 31 de marzo y que ha sido aprobada por la ponencia de Alertas y Planes de Preparación y Respuesta.
En el documento técnico se incide en la importancia de mantener la capacidad de respuesta del sistema sanitario en el escenario actual de "transmisión comunitaria sostenida generalizada" para asegurar la continuidad de la actividad asistencial ante el aumento de flujo de pacientes en los hospitales.
Para ello, los sanitarios deben aplicar correctamente las medidas de protección ante cualquier paciente con síntomas respiratorios con el objetivo de minimizar las exposiciones de riesgo. Con ese fin, recomiendan a los servicios de Salud Pública de las comunidades autónomas que insten a sus trabajadores sobre la necesidad de seguir las normas preventivas para reducir el riesgo de transmisión. Y proponen una serie de actuaciones ante casos detectados de COVID-19 en profesionales sanitarios y ante exposiciones de riesgo.
Los sanitarios que presenten síntomas leves deberán contactar con su servicio de prevención de riesgos laborales, y el trabajador clasificado como posible, probable o confirmado tendrán que abandonar el trabajo y permanecer aislado en su domicilio. La estrategia elegida para el alta del caso y su reincorporación al trabajo variará según la evaluación que se haga de cada uno y de si se han hecho o no pruebas de diagnóstico microbiológico.
La prueba debe hacerse, según los expertos, una vez transcurridos siete días desde el inicio de síntomas y siempre que haya ausencia de fiebre sin necesidad de toma de antitérmicos y mejoría de la clínica respiratoria en los últimos tres días.
Si la PCR es negativa, el trabajador se incorporará a su trabajo con mascarilla quirúrgica hasta completar catorce días desde el inicio de los síntomas, siempre que se haya resuelto su afección respiratoria y si evita durante ese tiempo el contacto con pacientes inmunodeprimidos.
Si la PCR es positiva, deberá seguir el aislamiento hasta los catorce días y repetir la prueba al finalizar ese tiempo. Si esta segunda prueba es negativa se incorporará a su actividad y si es positiva, se repetirá a las 72 horas. ¿Pero si no se realiza una prueba diagnóstica? Sanidad aconseja lo siguiente: que el sanitario se incorpore al trabajo transcurridos siete días desde el inicio de síntomas en ausencia de fiebre y sin necesidad de toma de antitérmicos en los últimos tres días y siempre que se haya resuelto la clínica respiratoria.
Eso sí, se incorporará a su actividad con mascarilla quirúrgica hasta completar los catorce días desde el inicio de síntomas, y evitando también durante este tiempo el contacto con pacientes inmunodeprimidos
La guía aborda otro caso, el de los sanitarios que no se han hecho la prueba, que tienen un cuadro clínico grave y que requieren ingreso hospitalario, que podrán recibir el alta si su situación clínica lo permite aunque su PCR siga siendo positiva.
No obstante, para ello, deberá mantener aislamiento domiciliario con monitorización de su situación clínica al menos catorce días desde el alta hospitalaria, siempre que su proceso se haya resuelto o hasta que se obtenga un resultado de laboratorio negativo. Los casos ingresados que al alta tengan un resultado de laboratorio negativo podrán incorporarse a su trabajo.