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CASO MADRID ARENA
La seguridad del Madrid Arena permitió un botellón cobrando 10 euros en el párking
La empresa Seguriber informó a dos policías que acudieron al Madrid Arena para revisar la documentación para la fiesta de Halloween de que habían habilitado el aparcamiento del recinto como zona de "botellón", cobrando diez euros por coche estacionado.
Según el informe que los dos agentes remitieron a la Dirección General de la Policía, al que ha tenido acceso Efe, el representante de Seguriber les indicó también que los jóvenes que iban a participar en el "botellón" accederían a la pista "cuando el artista principal actuara", en referencia al músico y DJ Steven Aoki.
Además, al ser preguntado por el número de entradas vendidas, el representante de la empresa de seguridad comunicó que eran unas 10.000, "siendo este número al que ellos habían comunicado a la Delegación del Gobierno, puesto que su escrito reflejaba que esperaban la asistencia de unas 7.000 personas", señalan lo agentes en su escrito.
Los dos policías acudieron al Madrid Arena a las 21:30 horas del día 31 de octubre y esperaron en una de las entradas, donde trabajaban auxiliares de la empresa Kontrol 34, a que llegara el responsable de Seguridad para que les entregara la documentación que se requiere en este tipo de eventos. Este responsable les entregó los certificados de instalación de estructuras, ignífugos, instalación eléctrica de baja tensión y servicios asistenciales sanitarios, así como el proyecto de instalación eléctrica.
Sin embargo, los agentes comprobaron que falta el Plan de Vigilancia Thriller Music Park 2012 de Seguriber, por lo que el jefe de seguridad les invitó a que les acompañara a su despacho para hacer entrega de la misma. Antes, se les sumó el responsable de Madrid Espacios y Congresos y el jefe de equipo de Seguriber. Los agentes, añade el informe, preguntaron dónde se encontraban los responsables de Protección Civil y el represente de la empresa municipal les respondió que "a ese tipo de eventos no se presentaba nunca ningún miembro de Protección Civil".
Durante su estancia en el recinto, los dos policías constataron que los extintores de la sala del escenario no estaban colocados en su lugar correspondiente y que la vía de acceso de bomberos estaba bloqueada con vallas de seguridad y sus correspondientes bases de hormigón, por lo que les indicaron que las retiraran.
Una vez que los agentes vieron en la zona del aparcamiento varios vehículos con la música muy elevada y un gran número de jóvenes haciendo "botellón", el representante de seguridad, sin que los policías pudieran decir nada, les informó de que lo habían habilitado para ese fin previo pago de diez euros.
Después, los policías se acercaron hasta la puerta de entrada del recinto, donde hacían cola unas 200 personas que esperaban la apertura de puertas y donde ya se encontraba una furgoneta de la Policía Municipal y, un poco más alejada, otra patrulla del mismo cuerpo.
Pasado un tiempo prudencial, y tras observar que el acceso de los asistentes se producía con normalidad, "al ser muy escaso", los dos agentes informaron a los responsables de seguridad de que abandonaban el recinto y que si ocurría cualquier incidencia lo comunicaran al 091 y los miembros de la Unidad de Intervención Policial o antidisturbios.
Mientras abandonaban el lugar, comprobaron que en las inmediaciones y en la parada de Metro de Lago había "una masiva afluencia de jóvenes realizando 'botellón'", que previsiblemente se unirían a los que estaban en el aparcamiento. Concluyen su informe asegurando que se excedieron en su cometido "por un exceso de celo profesional" al comprobar que en algunos lugares de la instalación existían "irregularidades" que podrían alterar el normal funcionamiento del evento. "Todo ello al no ser comprobado por los responsables de Protección Civil", concluye.
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