La cifra de separaciones , muy similar a las del año pasado

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SEGÚN EL CONSEJO GENERAL DEL PODER JUDICIAL

El 33% de las separaciones matrimoniales se deciden en verano, el 25% de todo el año

Los psicólogos aseguran que durante los meses de verano existen más disputas en la pareja y pasadas las vacaciones muchas parejas con problemas, optan por separarse. Concretamente en los meses de verano se deciden el 33% de las separaciones, pero el verano es el 25% de todo el año.

Si las relaciones de pareja son buenas, al final del verano son mejores, pero, si son malas, las vacaciones pasan factura a muchas de ellas, que acaban en separaciones en el otoño, según confirman las estadísticas de rupturas matrimoniales.

El psicólogo clínico especialista en temas de pareja Esteban Cañamares explica que muchas parejas achacan sus problemas a la falta de tiempo, al estrés y al exceso de trabajo, y piensan que cuando llega el verano se van a limar asperezas, pero no se arreglan porque los problemas son profundos. "Pasadas las vacaciones se produce esa desilusión y ese mayor deseo de separación, por ese mecanismo, porque las relaciones malas son peores en vacaciones", señala el experto.

Según los últimos datos del Consejo General del Poder Judicial, durante el cuarto trimestre del 2013 se registraron en los juzgados 33.712 divorcios, de julio a septiembre fueron 24.236, 1.928 separaciones 1.441 en el tercer trimestre y 47 nulidades. "En los meses de verano se deciden el 33% de las separaciones, pero el verano es el 25% del año", asegura el psicólogo, quien advierte de que no todo se acuerda en esos meses.

Después de periodos de vacaciones también aumentan las solicitudes de mediación ante rupturas familiares. "Se pueden duplicar el número de llamadas en el mes de septiembre y enero para solicitar información o una cita, justo después de las vacaciones", explica Julia Pérez, directora de la Unión de Asociaciones Familiares (UNAF), organismo que gestiona gran parte de las mediaciones en España, que pretenden resolver los conflictos a través del acuerdo y el diálogo entre las partes.

Julia destaca además que suele ser la mujer la que da el paso y llama para informarse, "porque también normalmente suele ser la que toma la decisión de separase". "La mediación familiar no es una terapia de pareja, es una intervención y una herramienta o instrumento para que la pareja que ha decidido ya separase pueda resolver conjuntamente los problemas que puedan surgir de esa ruptura, como la situación con los hijos", señala.

Pérez recuerda que aunque las parejas se disuelvan "no se rompe el rol con los hijos y se trata de fortalecer el papel de padre y madre" y de prepararse para las nuevas situaciones familiares. Indica además que el 80% de las personas que acuden de forma voluntaria a un proceso de mediación logran un acuerdo que se mantiene en el tiempo más de cinco años, aunque estos pactos tienen valor legal si se llevan a un juzgado para ratificarlo o ante un notario. "Se producen más separaciones en parejas de más de diez años de convivencia; hay muchas crisis que tienen que ver con el nacimiento de los hijos, con el síndrome de nido vacío, cambios laborales y del ciclo vital de la familia".

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