Dos de las mujeres de nacionalidad rumana acusadas de formar parte de una red de trata de blancas relataron ante la juez de la Sección Segunda de la Audiencia como tanto ellas -las acusadas de controlar al resto de chicas- como el resto de víctimas sufrieron "constantes golpes, palizas, amenazas, abortos forzados e incluso les obligaron a tragar dinero" por parte de los hermanos dirigentes del grupo criminal organizado, según lo denomina Fiscalía.
Las chicas se han presentado ante la Magistrada como dos víctimas más del clan dirigido por los hermanos Cristian y Sebastian Sandulache, para los que el fiscal pide penas que suman 243 años de prisión. También se juzga a otros dos acusados integrantes del clan.
Una de las acusadas, a la que la Fiscalía le acusa de controlar al resto de chicas ha relatado que si se le encargó esta misión fue porque era "supuestamente la novia de uno de los hermanos cabecillas de la trama" y ha indicado que si inicialmente cuando fue detenida declaró que ejercía la prostitución libremente fue porque "estaban en los calabozos con los otros acusados y pensaban que se tendrían que volver a casa con ellos".
La mujer ha relatado que ser la supuesta novia del cabecilla le suponía "más palizas y castigos" y para nada privilegios. Así ha narrado como después de cada paliza recibida era obligada a mantener relaciones sexuales con su agresor. "Yo no pensaba siquiera que me estaba violando porque yo pensaba que esa era la vida normal y no la que llevo ahora que estoy estudiando", ha relatado esta acusada y a la vez víctima.
Entre los abusos y maltrados sufridos ha relatado como fue obligada a abortar en contra de su voluntad cuando estaba embarazada de quince semanas. Una cuestión que les pasó "a casi todas las chicas porque les obligaban a mantener relaciones con los clientes sin preservativo y sin someterse a ningún control médico".
La acusada de controlar a las chicas explotadas, ha manifestado que "como fue la primera en llegar y supuestamente era la novia de C. Sandulache era la que encargada contar el dinero recaudado y de dárselo al cabecilla". "Si no lo hacía me amenazaban con violar a mi hermanan pequeña, me decían que prenderían fuego a mi abuela, que a mi me cortarían y me meterían en un saco", ha dicho.
A preguntas de la fiscal ha contado que vino a España porque tenía una relación con C. Sandulache, porque "se enamoró de él y quería formar una familia y ayudar a su familia con dinero". "Yo no sabía que venía a ejercer la prostitución. El me quitó la documentación, empecé a ejercer la prostitución y le tenía que dar a él todo el dinero. Ellos nos mandaban a los prostíbulos, un chofer del Club -el Delfo's- nos traía y nos llevaba", ha dicho.
Ha explicado que había noches que entre todas las chicas ganaban 10.000 euros a casa, una casa en la que las chicas vivían hacinadas y había "amenazas y palizas constantes". "Golpeaban a todas, pero a mi más por ser su mujer. Otra chica tenía un problema de corazón la golpeaban menos por miedo, al menos que yo recuerde. Lo mismo ocurría con otra muy delgada, que no le debían dar por miedo", ha explicado la joven que ha asegurado que no podían hablar libremente por teléfono, siempre había que pedir permiso a los hermanos.
Once delitos de trata de seres humanos, once de prostitución coactiva, un delito de lesiones graves y otro de blanqueo de capitales son los delitos que la Fiscalía atribuye a los seis miembros del clan que desde el pasado lunes se enfrentan a la justicia.
Según el escrito del Fiscal llegaron a obtener, por estos hechos delictivos, un beneficio de 1.733.600 euros. Las penas para todos ellos suman un total de 617 años de cárcel. Los dos hermanos de origen rumano están acusados de captar a las mujeres en su país de procedencia para obligarlas a ejercer la prostitución en distintos locales de alterne, el Model's y el Delpho's.
Esta no es la única cuenta pendiente con la justicia de los hermanos Sandulache, que el pasado mes de diciembre fueron de nuevo detenidos por los mismos delitos que cometieron en 2013.