Galicia
El sorprendente buen humor de una esquela: "Menos dramones y más bombones"
Una mujer de 47 años ha fallecido en Santiago de Compostela y el anuncio de su deceso ha sorprendido a los lectores. “La que has 'liao'”, escriben los suyos. Aquí puedes leerla entera.
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Todos conocemos a alguien que invierte parte de su tiempo libre en leer las esquelas de los diarios. "Me gusta estar informado y se encuentran cosas curiosas", me comentaron hace poco. En El Correo Gallego, encontramos un buen ejemplo para echarse unas risas.
Ha fallecido Laura Gippini, a los 47 años en Santiago. Hasta aquí una mala noticia, como cualquier muerte. Pero quienes han querido que se publique su esquela, lo han hecho tirando de mucho humor. "Tu familia y todos tus amigos te recordaremos y te querremos siempre por tu alegría y por la que has 'liao' el día de tu cumpleaños". Desconocemos cómo fue esa fiesta pero, seguro, digna de recuerdo. Y ya inmortalizada para la eternidad en este diario.
El texto no queda ahí. Antes de rogar una oración por su alma también se puede leer "Menos dramones y más bombones". Así que, pese a la celebración de su entierro, el humor debe imperar en esta despedida, redactada con tanta gracia.
Otras esquelas recordadas
Hay quienes dejan, ellos mismos, escritas sus esquelas y aprovechan esa última oportunidad para cargar contra algún conocido. Es el caso de Soledad Hernández, fallecida en Madrid, que acusó a su familia de abandonarla y de “falta de cariño y apoyo durante la enfermedad”. También Herminia Diego, de Valladolid, rogó una oración por su alma y, agregó, “sus hijos pasan”.
Más allá del enfado de algunos, el hermano de Milagros, Mari Carmen y Chelo se marchó “¡Sin dejarnos la receta de la paella en escabeche!”, y María Rodrigo Molino, de Alcalá de Guadaira, falleció tras escribir “Para un día que salgo en una esquela y no lo veo”. Hubiese sido épico.
Hay textos, definitivamente, para morirse de risa. Uno de los más llamativos es el del futbolista Mikel Marroquín, que falleció a los 25 años y dejó escrito “Os invito a mi última fiustuki, abstenerse gente triste”. Y otros que, pese a haberse marchado, dejan un mensaje de solidaridad. Es el caso de Alicia Jones, una profesora de inglés afincada en Vigo que recogió en su esquela una última petición: “Un acto alegre de despedida con tortilla y vivo. No se admiten flores y el dinero destinado a ellas será entregado a una ONG”.
Morirse siempre es triste pero… ¿Y si se tira de humor hasta el último momento? Al menos los lectores lo agradecen aunque el que se va no sepa de la reacción que les ha provocado.
Esta fue la esquela de Laura Gippini
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