Los niños pasan de media casi 5 horas diarias jugando delante de la pantalla, según los expertos, demasiado tiempo.
No obstante, los videojuegos también pueden ser una buena técnica de estudio, si el consumo es responsable. Muchos colegios optan por sustituir los libros por videojuegos para enseñar a sus alumnos.
La facilidad de adentrarse virtualmente en los espacios que estudian, por ejemplo, en una clase de Historia, como las pirámides de Egipto, les ayuda a tener una idea más clara de lo que están estudiando. Además, de manera interactiva y entretenida, retienen con más facilidad aquellos conceptos que podrían olvidar rápidamente al estudiarlos de memoria.
"Esto es mucho más divertido" y "es como un mundo nuevo", son algunas de las opiniones de los estudiantes, que están encantados con el nuevo método de aprendizaje.
Además de ayudar a la memorización, la implantación de los videojuegos en las aulas favorece el trabajo en equipo y fomenta la creatividad. Ayuda a los estudiantes a tomar decisiones y mejorar la psicomotricidad.
Muchos jóvenes se toman muy en serio los videojuegos, tanto que tienen muy claro que se quieren dedicar a ellos profesionalmente en el futuro. Para ello, entrenan cada día en centros de alto rendimiento.
La industria de los videojuegos mueve 1.530 millones de euros en España, por encima del cine o la música. Un profesión del futuro, que cada vez es más demandada.
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