Normativa de Europa que se aplicará el 6 de enero
Las tabaqueras se harán cargo del coste de la limpieza de las colillas
A partir de mañana los fabricantes de tabaco asumirán el coste de la limpieza de las colillas de tabaco que se arrojan a la calle. Una medida que estiman, podría alcanzar, los 145 millones de euros al año. Queda por saber mediante qué vía se hará. Según los ecologistas, el material que contiene es un plástico muy nocivo.
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Salimos a la calle y preguntamos a los fumadores. La mayoría confiesa que tiran la colilla a la calle. Se calcula que alcance el 75%. Sólo encontramos a Reme, una mujer de Barcelona, que lleva su cenicero portátil. Otros se quejan de que hay pocas papeleras. Sea como sea, a partir de ahora, esos residuos correrán a cargo de los fabricantes de tabaco.
Además, según la normativa de Bruselas, se obliga a informar de lo pernicioso que es para el medioambiente. Entramos en dos estancos: uno en Valencia y otro en Tenerife. En ambos comprobamos que ya hay distintivos en todos los productos (cajetillas, filtros, tabaco de liar...) que dependen de esta industria.
Subida de precios
Muchos creen que la medida llevará un incremento del precio del tabaco ya que se estima que la norma suponga, en España, un coste de 145 millones de euros al año. Así lo creen desde el CNPT (Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo) y lo ven positivo porque, insisten, el instrumento más efectivo contra el tabaquismo es la subida de precios, como demuestran numerosos estudios. También desde distintas asociaciones ecologistas como la Fundación Rezero. Su directora, Rosa García, nos cuenta que "sólo en Cataluña son 3.000 toneladas de colillas al año las que hay que recoger y no pueden salir de los impuestos de todos", afirma.
Impacto ambiental
Estos residuos se suelen desechar de manera incontrolada y causan un enorme impacto ambiental. La directiva europea ya reclamó a los Estados miembros que adopten medidas para reducir el vertido de basura dispersa procedente de los residuos ocasionados por el consumo de productos del tabaco con filtros que contienen plástico. Además las colillas caen, en ocasiones, en los derivados de la limpieza de alcantarillado y las plantas de tratamiento de agua, donde también se acumulan.
Además, y según un informe de la ONG Ocean Conservancy, las colillas son la principal fuente de desecho que han encontrado en los océanos, incluso por encima de envoltorios, botellas, tapones y bolsas de plástico. Poseen acetosa de celulosa, una forma de plástico muy perjudicial para el medio ambiente. Porque los filtros tardan en descomponerse y, cuando lo hacen, liberan las sustancias contaminantes que han absorbido del humo: nicotina, arsénico, plomo. Elementos que acaban en los estómagos de los peces al consumir esas colillas, pensando que es alimento, insiste la Fundación Aquae.
Se calcula que de los más de 5,6 billones de cigarrillos que se fabrican con este tipo de filtros, hasta dos tercios son arrojados al mar de forma irresponsable. En España se consume, aproximadamente, 32.800 millones de cigarrillos y los filtros del 15% acaban en las playas.
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