Comedores compulsivos

Terapia para comedores compulsivos: "Desayunaba cuatro veces antes de ir a trabajar"

Personas de todas las edades acuden a la terapia de Comedores Compulsivos Anónimos para intentar superar sus problemas de adicción a la comida.

Antena 3 Noticias

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Los trastornos de la conducta alimentaria tienen multitud de variaciones y ya alcanzan los 400.000 casos en España. Los comedores compulsivos son uno de los grupos que menos visibilidad tienen, a pesar de ser igual de peligrosos que otros tipos de trastornos alimenticios.

Debido a este trastorno, las personas no pueden dejar de comer. Sufren impulsos y no pueden evitar ingerir alimentos: no importa que ingieran una cantidad muy elevada, ellos no se sacian, por lo que siguen y siguen.

Comedores compulsivos

Quique supo que tenía un problema con la comida porque su propia familia se lo hizo ver. Sufría una depresión, pesaba más de cien kilos, tenía problemas de movilidad y en su día a día se encontraba con problemas inusuales para otros, como no poder salir del coche después de aparcar.

Él es solamente una de las personas que acude cada miércoles a la parroquia de la Purísima Concepción de Sabadell para realizar terapia de grupo con personas que sufren el mismo problema: son comedores compulsivos.

Con un método similar al de Alcohólicos Anónimos, cuentan sus avances y cómo están. Allí encuentran compañía y ven en sus compañeros de terapia un espejo en el que mirarse. De ahí que la única norma que rige a los miembros del grupo es la siguiente: no entra nadie que no sufra dicho problema.

La importancia del entorno familiar

Carmen -nombre ficticio- tiene tan solo veinte años y es consciente de que tiene un problema. Es la más joven del grupo y afirma que no conoce gente de su edad que sufra el mismo problema y que también acuda a terapia. Para ella, el entorno familiar en el que te encuentres es muy importante para evitar comer de manera compulsiva. Tras tres años acudiendo a terapia aún no ha conseguido bajar de peso, pero se encuentra mucho más fuerte a nivel mental.

Solo pueden acudir a terapia aquellos que sufran adicción a la comida

Todos están dirigidos bajo la batuta de María -también nombre ficticio-. Ella, a través de la televisión, fue como conoció la existencia de 'Comedores Compulsivos Anónimos', pero el miedo le hizo no atreverse a acudir a terapia. Seis años después, su situación era más delicada a nivel de salud y había engordado treinta kilos más.

El destino le volvió a ofrecer estas reuniones y comenzó a acudir a ellas. En ese momento, empezó a reconocer que era una comedora compulsiva: "Salía de casa para ir a trabajar y durante la media hora de camino que duraba el recorrido paraba tres veces a desayunar a pesar de haber desayunado en casa". Ella no "se daba atracones", pero no paraba de comer en todo el día.

Varios años después ha bajado de peso y se siente con fuerzas de ayudar a otras personas a compartir su problema y a luchar para aprender a vivir con él. En las reuniones de comedores compulsivos -y a pesar que se celebren en una Parroquia- tiene cabida cualquier raza, ideología o sexo. Solo deben compartir la adicción a la comida y la intención de querer salir de ese pozo.

El apoyo individual

Según la psicóloga Constanza Fernández, "con este cuadro de trastorno por atracón de comer compulsivo resuelven mucho su malestar con estos espacios”. En los que los que sufren esta enfermedad siguen 12 pasos para lidiar con los impulsos y adicciones a la comida. Estos grupos les ayudan y en ellos se sienten más respaldados y apoyados que en otros entornos, ya que pueden hablar de su adicción con total libertad.

Eso si, tal y como defiende la psicóloga, el apoyo individual es una buena opción para gestionar la enfermedad. "Tener un espacio individual es un empuje, se trabaja el foco del origen del problema. Cuando tú tienes una psicoterapia lo que vas a conseguir es complementar el espacio de grupo, trabajar habilidades y desarrollar una templanza y un estar que va a permitirte no tener esa ansiedad que desate el atracón. No es controlar el atracón, sino que no tengas esa necesidad de atracón".

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