Teresa no solo lucha por su vida, también intenta proteger al equipo que la atiende. Hay al menos 10 entradas diarias a su habitación, y, si en medio, surge una pequeña incidencia ella misma intenta resolverla. Se ha dado el caso, en el que la propia Teresa ha corregido algún problema con el gotero, colocando bien el cable y haciendo que este volviera a funcionar correctamente.
Uno de los enfermeros que la cuidan, nos cuenta como se encuentra. “Ella colabora, ayuda, reacciona, saluda con el pulgar y cada día tiene más fuerza así que el ambiente es mucho más positivo entre nosotros”
Al final de cada jornada, el equipo se va a casa agotado, física y mentalmente. “No puedo negar que tenemos miedo y especialmente los que somos padres de familia, Sigues las instrucciones y rezas para que todo vaya bien y que no haya ningún problema”. El personal que por estrés o ansiedad no pueda tratar a Teresa será reubicado en otras labores.