Una joven testigo de Jehová permanece en estado crítico en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital San Jorge de Huesca, sin que los especialistas puedan llevar a cabo una transfusión de sangre para tratar de salvar su vida debido a las instrucciones que dejó la paciente antes de ser intervenida.
Los hechos, dados a conocer por el 'Heraldo de Aragón', fueron puestos esta semana en conocimiento del juzgado de guardia de la capital altoaragonesa por uno de los facultativos de la UCI del hospital oscense ante la imposibilidad de consultarlo directamente con la paciente. Tras ser intervenida quirúrgicamente días atrás, la joven sufrió una peritonitis aguda que llevó a los médicos a inducirle un coma y a plantearse la necesidad de llevar a cabo una transfusión de sangre.
Sin embargo, la paciente dejó escrito en su testamento vital y, de acuerdo a sus creencias, su posición de rechazo absoluto a las transfusiones de sangre, que los testigos de Jehová rechazan por motivos religiosos.
Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) han informado de que la titular del Juzgado de Instrucción nº 1 de Huesca recibió el informe médico mientras se encontraba de guardia y se le advirtió del rechazo de la joven a una transfusión, en virtud de la Ley de Autonomía del Paciente. Según estas fuentes, la magistrada, a la vista de la documentación aportada, resolvió sobreseer la demanda al entender que no existía ningún problema legal en relación con la situación de la paciente. Estas fuentes, además, no hacen referencia alguna a la posición de la familia de la joven respecto a la situación en la que se encuentra actualmente su hija.
Por otra parte, la Fiscalía de Huesca, tras recibir el informe de los especialistas de la UCI, decidió no intervenir tras valorar que la paciente es mayor de edad y está legitimada para tomar una decisión respecto a los tratamientos médicos a recibir.
Según han informado otras fuentes judiciales, el juzgado de guardia en Huesca no habría recibido ningún otro escrito referido al caso, por lo que los especialistas carecen de opciones para poder llevar a cabo la transfusión aconsejada. Estas fuentes han precisado que este caso no es el único que se ha registrado en la Comunidad aragonesa a lo largo de los últimos años en relación con pacientes testigos de Jehová, cuyas creencias les llevan a rechazar la mezcla o ingesta de sangre.
Este caso se produce 25 años después de la muerte del menor de 13 años Marcos Alegre, fallecido después de que sus padres, residentes en la localidad oscense de Ballobar, no aceptaran que su hijo recibiera una transfusión que los especialistas consideraban necesaria para salvar su vida. En el marco de un debate que saltó a los medios de comunicación, los padres fueron absueltos del delito de homicidio imprudente que les imputó la fiscalía, pero condenados dos años después, a instancias del ministerio fiscal, a penas de 2 años y 6 meses de prisión por estos hechos. Finalmente, los padres se acogieron a un indulto del Gobierno, antes de ser definitivamente absueltos por el Tribunal Constitucional, que fundamentó su decisión en el derecho a la libertad religiosa.
Esta situación, valorada previamente por la Junta de Fiscales antes de plantear su recurso ante el Supremo, motivó la Circular 1/2012 de la Fiscalía General del Estado, referida sólo a los casos de menores testigos de Jehová que rechazan transfusiones de sangre. Esta circular insta a los fiscales a explorar todas las vías legales a su alcance para tratar de salvar la vida de estos menores siempre que haya una posibilidad médica que lo permita.