La Parroquia de Santa María del Silencio ofrece servicio pastoral a personas sordas

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DICEN MISA, CONFIESAN Y CELEBRAN CEREMONIAS

Un total de 21 sacerdotes españoles predican en lengua de signos

Un total de 21 sacerdotes españoles dicen misa, confiesan y celebran celebran bodas, bautizos y comuniones en lengua de signos para las miles de personas sordas que acuden a la iglesia.

Un total de 21 sacerdotes en España dicen misa, confiesan y celebran bodas, bautizos y comuniones en lengua de signos, para un millar de personas sordas y medio centenar de sordociegos que acuden a la Iglesia todos los fines de semana.

El director nacional de la Pastoral del Sordo de la Conferencia Episcopal Española, Sergio Buiza, que celebra misa en lengua de signos en la Iglesia Catedral del Señor Santiago en Bilbao, explica que el objetivo es "llevar el Evangelio al máximo número de personas" y que los sordos y sordociegos son una realidad en la Iglesia.

En España se calcula que hay en torno a un millón de personas con sordera en diferentes grados. De ellas, unas 1.250 acuden a misa en lengua de signos cada semana a alguna de las 24 iglesias donde los sábados por la tarde -o incluso los domingos, como en el caso de Madrid- los signos trazados en el aire sustituyen a las palabras.

La Iglesia trabaja con las personas sordas desde hace más de 50 años y lo hace de forma más coordinada desde los años 90 del siglo pasado, cuando la Pastoral del Sordo entró a formar parte del organigrama de la Conferencia Episcopal. Además, este departamento de la Iglesia está presente en 24 diócesis en las que se ofrece misa en lengua de signos, en algunas semanalmente y en otras cada quince días, dependiendo del número de fieles.

El objetivo es llevar el Evangelio al máximo número de personas

Así, por ejemplo, en la Parroquia Santa María del Silencio de Madrid, se celebra la eucaristía los martes, jueves, sábados, domingos y festivos. Se trata de la única iglesia de España pensada específicamente para las personas sordas.

El sacerdote responsable de esta parroquia levantada en 1973, Jaime Gutiérrez, comenzó con problemas de audición a los 12 años y a los 30 se quedó completamente sordo. Su caso es un ejemplo de ese pequeño porcentaje de sordos postlocutivos, que pierden la audición después de adquirir el habla. Este sacerdote sonríe al recordar los últimos ocho años predicando en Madrid.

En 1973 se fundó esta iglesia para sordos, ubicada junto a la Parroquia de Nuestra Señora de los Angeles y hace tres años, el arzobispado aprobó su nueva ubicación, en plena calle Raimundo Fernández de Villaverde. Suenan las campanas y Jaime Gutiérrez sale de su despacho. Como cada jueves a las 19:30 horas, se viste con su casulla y sube al altar junto al diácono, Luis, para celebrar la eucaristía.

Oscar y María, dos jóvenes a los que les unió la lengua de signos, ayudan durante la celebración y suben a leer e interpretar respectivamente la Primera Lectura. El sacerdote habla y signa al mismo tiempo y cuando llega el momento de responder, se hace el silencio y los brazos de los fieles se agitan a uno y otro lado.

Los fines de semana, es difícil encontrar un banco libre porque se desplazan personas de Alcalá e incluso de Toledo. Entre semana, sin embargo, acuden unos diez o quince parroquianos como Antonio, que lleva más de 20 años acudiendo a esta parroquia.

Las iglesias para sordos se convierten para ellos en punto de encuentro y diálogo

Una iglesia con todos los servicios
"Es genial poder vivir mi fe con todos los sordos. Aquí tengo todos los servicios en signos y me siento integrado", cuenta Antonio al terminar la misa, momento en el que, a diferencia de otras iglesias, los fieles no salen sino que se quedan para socializar en el bar que hay dentro de la propia parroquia.

"Es el problema de la comunicación. En familias en las que solo hay una persona sorda, esta puede sentirse aislada pues no tiene con quién hablar", apunta Gutiérrez para explicar que las iglesias para sordos se convierten para ellos en punto de encuentro y diálogo.

En total, unas 173 personas se dedican a la pastoral del sordo en España: 140 laicos, de los cuales 40 son sordos, nueve consagrados de los que dos son sordos; tres seminaristas y 21 sacerdotes, de los cuales tres son sordos.

En estas parroquias se ofrecen todos los servicios de los que disponen los fieles en cualquier templo: misas, catequesis, grupos bíblicos o celebración de bodas, bautizos y funerales.

El problema es la dispersión, según explica el director nacional de la Pastoral del Sordo, Sergio Buiza, pues la parroquia (una por diócesis) está ubicada en un determinado barrio de una determinada provincia y no todas las personas sordas viven en torno a ella.

"Hay personas mayores que hacen largos trayectos. En mi diócesis celebramos la eucaristía en la Catedral todos los sábados por la tarde y vienen de diferentes pueblos en tren y autobús", apunta este sacerdote.

Dos lenguas de signos aceptadas por el Estado
En cualquier caso, los signos no son los mismos para todos los sordos de España. Concretamente, hay dos lenguas de signos aceptadas por el Estado: la española y la catalana. El sacerdote Xavier Pagès es el único que predica en lengua de signos catalana.

La aprendió hace 22 años, cuando apenas tenía 28, porque el sacerdote que decía misa en lengua de signos en Cataluña se iba a jubilar. Pagés, que se define como una persona negada para el aprendizaje de idiomas, se sorprendió con la facilidad que asimilaba estos signos.

Sus profesores eran los propios sordos que acudían a la Iglesia así como el sacerdote jubilado y en un año ya se comunicaba con ellos. A la misa de Pagès asisten muchos sábados unos cien fieles pero el sacerdote aclara que esto no significa que sean los únicos que van a misa pues también hay personas que asisten a la Eucaristía del domingo -para oyentes- aunque no se enteren de todo.

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