Velutinas
Las trampas de la Universidad de Vigo para acabar con las avispas velutinas: olores, patas de pollo y radiofrecuencia
Un equipo de biólogos de Vigo investiga a través de diferentes experimentos cómo frenar la expansión en Galicia de este insecto asiático.
Publicidad
Cada primavera regresa el problema: las velutinas se adueñan de los árboles, de las esquinas de las viviendas e, incluso, de las ventanas, lugares en los que crean sus colmenas. Desde hace años, la preocupación crece debido a la gran expansión que experimenta el insecto en nuestro país y es por eso que en la Universidad de Vigo buscan controlar la superpoblación.
El Grupo de Biología Ambiental de la Universidad de Vigo lleva a cabo un experimento para saber más sobre esta avispa asiática y encontrar los mejores métodos de control.
El olfatómetro
Llaman la atención muchos de los modos de atajar el problema de la expansión, pero en concreto uno de ellos: su atracción mediante olores. Han diseñado un olfatómetro, que es un tubo de metacrilato de un metro que han instalado en el exterior del campus. En uno de los extremos colocan compuestos y en el otro, a la velutina que previamente han capturado. Con una cámara observan los comportamientos del insecto y si se siente atraída por alguno de los compuestos o no.
El objetivo es encontrar el aroma que atraiga solo a la velutina y no a otros insectos para evitar que caigan en la trampa.
Seguimiento por radiofrecuencia
Otro sistema para disminuir la población del insecto es eliminar los nidos, de lo que se encargan los operarios de la Xunta de Galicia y los Ayuntamientos. Sin embargo, primero deben localizar dónde están cada una de las colmenas. Para ello, los científicos idearon un sistema de seguimiento por radiofrecuencia: primero capturan los ejemplares, los anestesian y les colocan un chip. Tras ello, solo hay que soltarla y les llevará al nido.
El mayor de los problemas de este método es económico, ya que los emisores pueden llegar a costar 300 euros.
Patas de pollo
Y este sistema se combina con otro que también resulta sorpresivo: las patas de pollo. Los investigadores colocan trozos de ave para que la velutina acuda a coger proteína. Normalmente, tras llevarse unos trocitos al nido, regresan a por más. Y este es otro modo de conocer dónde tienen cada uno de los nidos.
Las investigaciones comienzan a dar sus frutos en una época en la que las velutinas vuelven a hacer acto de presencia.
Publicidad