Un agente de movilidad sanciona en el Paseo de la Castellana

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EL AYUNTAMIENTO HA PROMETIDO COMPRENSIÓN

Treinta vehículos en una calle y todos multados, entre las 'anécdotas' del aparcamiento prohibido en Madrid

Prohibir aparcar en las zonas azul y verde, bajo amenaza de pagar una multa de noventa euros, ha creado una gran polémica en Madrid y, sobre todo, muchas dudas. Muchos conductores, resignados, se las han tenido que apañar en aparcamientos privados, aunque hay quienes se han arriesgado a encontrarse una 'receta' en el parabrisas. La incertidumbre se extiende al fin de semana, mientras se teme que lo peor podría estar aún por llegar.

Con muchos aparcamientos libres, menos tráfico y un 8% menos de contaminación amaneció Madrid el día que el Ayuntamiento ha activado la segunda fase del protocolo contra la contaminación, que ha impedido aparcar a los ciudadanos que no viven en el centro y ha aliviado un suplicio habitual para los residentes. Prohibir aparcar en las zonas azul y verde, bajo amenaza de pagar una multa de noventa euros, parece haber "animado" u "obligado" a algunos conductores a decantarse por el transporte público.

A pesar de esta medida penalizadora, la delegada madrileña de Medio Ambiente, Inés Sabanés, ha prometido comprensión a la hora de multar y sus palabras se han cumplido en algunos distritos de la ciudad, como el de Chamartín o Ventilla, donde hoy podían verse varios coches estacionados y pocos "papeles" en los parabrisas. No así en otras zonas como Moncloa-Aravaca, donde agentes de movilidad y controladores del SER "han empapelado" a los conductores de multas: treinta vehículos en una calle y todos ellos multados, según ha explicado un vecino de la zona.

La jornada, aunque prometedora, solo ha saturado los aparcamientos privados de llamadas. Porque lo que han tenido los recintos privados del centro han sido "numerosas" consultas sobre su ocupación: la respuesta ha sido siempre la misma, "al 50 %, más vacío que ayer", según aseguraba una empleada de un aparcamiento de la zona de Sevilla.

Desde el punto de vista de la circulación, las opiniones mayoritarias son "favorables" al protocolo de reducción de la contaminación. Hay ciudadanos que han logrado bajar en "media hora" su trayecto, aunque los taxistas han asegurado que "en hora punta" "todo ha sido igual" que cualquier otro día. Pero para los que viven en localidades próximas a la capital como Majadahonda o Las Rozas, ha sido "un poco más difícil" ir a trabajar, sobre todo para los que no cuentan con plaza de garaje en su empresa y habitualmente utilizan el coche.

Los ciudadanos coinciden en la "necesidad" de reducir la contaminación, pero aseguran que las medidas que se han llevado a cabo no pueden tomarse "de un día para otro" y que este "solo es un parche" para atajar un problema que requiere soluciones a medio y largo plazo. Por el contrario, una catalana afincada en Madrid afirma que las soluciones "llegan tarde", ya que en la capital condal hace tiempo que se llevaron a cabo políticas para reducir la "nube negra". Y recuerda que ciudades como Londres ya restringen la circulación en el centro de la ciudad.

¿Es útil el protocolo puesto en marcha contra la contaminación? Entre los políticos, por ejemplo, la portavoz del partido socialista en el Ayuntamiento, Purificación Causapié, explica que en 24 horas la cantidad de nitrógeno en el cielo madrileño "se ha reducido un 8 %". Pero los ciudadanos se muestran escépticos sobre los beneficios reales del protocolo, aunque reconocen que hay que poner en marcha soluciones para atajar el problema.

A favor o en contra, si los niveles de nitrógeno continúan subiendo en la capital, y mientras siga activo el protocolo, los madrileños tendrán que familiarizarse con los horarios de autobuses, aprender a montar en bicicleta o acostumbrarse a pasear. Y lo peor puede no haber llegado, porque si persiste el pico de dióxido de nitrógeno y hay que elevar el nivel de restricción, se quedarán en casa la mitad de los coches: las matrículas pares o impares.

El anticiclón que se mantiene sobre Madrid no facilitará las cosas: temperaturas altas y ausencia de precipitaciones y de viento son el escenario meteorológico que predominará en Madrid hasta el viernes o el sábado de la próxima semana, lo que no favorecerá un descenso de la contaminación que ha obligado a imponer restricciones circulatorias.

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