Este domingo 31 de agosto es el Día Internacional de la Solidaridad. En nuestro país hay miles de voluntarios y cooperantes, que dedican parte de su tiempo a ayudar a los demás. A veces en su barrio, y otras a miles de kilómetros.
Patricia, voluntaria en Sudán del Sur, confiesa que "es un trabajo que requiere sacrificio personal pero es también un privilegio que te permite estar con personas que realmente necesitan tu ayuda y a las que, si no estas allí, no puedes darles una segunda oportunidad".
El caso de José Manuel, evidencia la utilidad del voluntariado a pequeña escala, en barrios: "Yo empecé como usuario, y vi que hay mucha gente con las mismas necesidades que yo, y decidí meterme a voluntario".
Por último Iraide, voluntaria en una escuela de Kenia durante sus vacaciones, admite que a pesar de dejar la escuela "esperar poder seguir apoyando el proyecto desde casa".