El Supremo agrava la pena a los condenados del 'caso Arandina' pero les aplica un beneficio por la Ley del 'Solo sí es sí'

El Tribunal Supremo ha agravado las penas a los dos condenados en el 'caso Arandina' al suprimir un atenuante que aplicó el Tribunal Superior de Justicia, pero impone a los acusados una pena inferior a la que habría correspondido antes de la reforma de la Ley del 'Solo sí es sí'.

Tal y como explica el alto tribunal, este cambio en la ley supone una pena de un año de prisión menos a la que correspondería con el texto anterior a esta Ley. Esto se explica porque ahora la penalidad en un año de prisión en este caso concreto es un año menor y se tiene que rebajar la pena en beneficio del reo.

¿De cuánto ha sido la condena?

De este modo, el Tribunal Supremo ha sentenciado a 9 años de cárcel (y no 10) a los dos exjugadores del 'caso Arandina' condenados, lo que supone elevar sus penas, desde los 4 y 3 años que había fijado el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL), porque elimina un atenuante, estimando así el recurso de Fiscalía.

Sin embargo, ha impuesto a los condenados una pena inferior a la que habría correspondido antes de la reforma impulsada por el Ministerio de Igualdad, al ser ahora menor la penalidad en un año de prisión en este caso concreto. Así, el Supremo ha acordado aplicar la ley en beneficio del reo.

No obstante, el Supremo incide en que esta nueva ley podrá aplicarse en beneficio del reo cuando se fije ahora pena inferior en aquellos supuestos en los que así proceda, pero analizando caso por caso, y no de forma global, tanto en asuntos pendientes de juicio, recursos de apelación y casación y en ejecutorias penales.

Se incluye un voto particular del Magistrado Angel Luis Hurtado que entendió que se debió mantener la atenuante analógica que ya aplicó el TSJ, con una leve reducción de penas al considerar también más beneficiosa la nueva Ley.

Esta elección del Tribunal Supremo puede ser muy importante de cara a marcar las decisiones de las próximas sentencias.

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