Incendio
La UME se enfrenta a su peor verano en décadas: así es su trabajo
La Unidad Militar de Emergencias vive su peor verano desde su creación, ya ha intervenido en cerca de 50 desde mediados de junio.
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España atraviesa el peor verano en cuanto incendios en décadas. La superficie quemada triplica la media de los últimos diez años. En su extinción está siendo fundamental el apoyo de la Unidad Militar de Emergencias.
Desde Liédena, en Navarra, hasta Villasbuenas de Gata, en Cáceres. Los incendios han arrasado gran parte de nuestro territorio este
La Unidad Militar de Emergencias ya ha intervenido en cerca de 50 desde mediados de junio. Es el peor verano que se recuerda desde que se creó la UME ya que el número de incendios forestales se ha multiplicado por cuatro.
Por eso, la actividad de esta unidad de intervención también se ha incrementado. Sus cinco batallones apoyan a las brigadas forestales en los incendios que superan el nivel 1 de emergencia.
Ahora, su máxima prioridad es luchar contra el fuego, pero también desarrollan acciones relacionadas con la gestión forestal y la concienciación ciudadana. Para que el verano que viene la campaña no sea tan dura e incendios como el de Sierra de la Culebra no vuelvan a repetirse.
¿Cómo se gestionan los terrenos afectados?
Lo primero que se hace es perimetrar la zona quemada, elaborar un inventario de lo que ha ardido e identificar los daños y características del terreno para así priorizar las actuaciones, tanto por disponibilidad económica como por urgencia, y se hace asimismo una valoración de los riesgos asociados.
Se intenta recuperar el suelo y fijarlo porque, si se pierde la base, la vegetación va a tardar en recuperarse. Con la madera quemada se hacen fajinas, pequeñas estructuras que retienen el suelo.
Tras dejar un tiempo para que la masa afectada se recupere por sí sola se evalúa si hace falta o no reforestar. En general, el monte mediterráneo, si no ocurre nada raro, se va a recuperar porque las especies autóctonas están adaptadas al fuego y se regeneran solas.
Se trata de seguir ayudando a las masas forestales conforme a los objetivos establecidos tras el incendio. Si las condiciones son normales, el monte se irá regenerando y, donde se pueda, se actuará en la medida de lo posible.
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