El agricultor y herbolario de Balaguer, en Lleida, Josep Pàmies, organizó el sábado un encuentro al que asistieron un centenar de personas con el objetivo de "desobedecer" a las autoridades sanitarias, contagiarse voluntariamente de coronavirus y "defender" su idea de que con el clorito de sodio se puede curar.
Los asistentes participaron en la convocatoria sin medidas de seguridad y se rociaron con vaporizadores que contenían MMS. El agricultor, que defiende este producto desde hace años, es en realidad clorito de sodio, un componente químico usado para blanquear papel y productos textiles cuya ingestión puede provocar síntomas clínicos graves.
Un medicamento "ilegal y prohibido"
Pàmies, que gestiona la cooperativa Dolça Revolució, asegura que este suplemento, que promociona a través de las redes sociales, cura el coronavirus, pero también el autismo, asunto por el que ha sido denunciado y sancionado en varias ocasiones, por tratarse de "un medicamento ilegal" y prohibido.
La Fiscalía Superior de Cataluña abrió diligencias para investigarle tras la denuncia que presentó el Consejo de Colegios de Médicos de Cataluña por prescribir clorito de sodio como tratamiento para frenar el coronavirus.