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Juicio Diana Quer

Un amigo de El Chicle reconoce que le acompañaba a ver a chicas a institutos

El testigo ha explicado que al Chicle le gustaban especialmente las chicas "morenas, de pelo largo y delgadas" y de "veintipocos años"

Un amigo de José Enrique Abuín Gey, alias el Chicle, acusado de la muerte de Diana Quer, ha reconocido en el juicio por este caso que le acompañaba a las cercanías de los institutos para ver a chicas, a las que piropeaba insistentemente.

El amigo ha comparecido como testigo en la vista oral con jurado que desde ayer se celebra en la Sala Sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, con sede en Santiago de Compostela.

El testigo ha explicado que al Chicle le gustaban especialmente las chicas "morenas, de pelo largo y delgadas" y de "veintipocos años", pero ha indicado que nunca siguieron a ninguna y que se limitaban a decirles "guapas, tías buenas y morenas" cuando iban a los institutos.

También le gustaban así cuando acudían a locales de alterne, ha añadido el testigo, que ha asegurado que el Chicle es "muy mentiroso" y que cuando hablaban del caso de Diana Quer decía que "no la encontrarían más", que se habría ido al extranjero.

El amigo acompañó al Chicle meses antes de la desaparición de Diana -en invierno de 2015/2016, según ha dicho- a la nave de Asados de Rianxo, donde en agosto de 2016 el supuesto asesino de la joven arrojó su cuerpo en un pozo y donde permaneció casi 500 días hasta su hallazgo. Ambos fueron a la nave a coger muebles forzando la entrada, como ayer dijo en el juicio a El Chicle.

Aunque el acusado indicó en su declaración que antes de arrojar el cuerpo no sabía si había agua en el pozo, su amigo ha manifestado en el juicio que precisamente abrieron la tapa de hormigón de ese agujero y sí comprobaron que tenía agua.

La tapa era muy pesada, ha añadido el testigo. Tanto, que el amigo ha considerado que son necesarias dos personas para levantarla. También han comparecido en la vista dos chicas, hermanas, a las que el Chicle abordó el sábado 23 de diciembre, días antes de ser detenido.

El acusado iba con su coche y paró al lado de las jóvenes para ofrecerles, de forma insistente, llevarlas hasta el bar al que se dirigían. Ellas no quisieron montar y el Chicle se marchó. Pero cuando estaban en el bar, le vieron pasar con el coche varias veces. Hasta cuatro veces, según pudo contar una de las hermanas, que también ha relatado que el acusado insistía mucho en "rubia, ven aquí".

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