Los bomberos consiguieron desalojar a tiempo a las familias de la hilera de chalets adosados de Alicante. Una de las viviendas, la de la esquina, presentaba unas grietas y rajas en sus paredes, incluso una parte de la fachada cedió. Ante esta situación, los bomberos dieron orden de desalojo a todos los vecinos. Sin duda, una decisión acertada porque poco después, y como se puede apreciar en las imágenes, el chalet cayó como un castillo de naipes.
Ocurrió este sábado en la localidad alicantina de Monóvar. Los vecinos de las otras viviendas no pueden, de momento, volver a sus casas. Los bomberos han observado tras el derrumbe, que los pilares de estas casas también están afectadas por el desprendimiento y se teme que pueda haber un "efecto dominó".
Así que tienen completamente prohibido el paso, incluso para recoger alguna de sus pertenencias.
Los afectados creen que una fuga de agua reciente pudo dañar la cimentación de las viviendas.