Música, gritos o fiestas hasta altas horas de la madrugada. Es lo
que tienen que aguantar algunos vecinos que conviven con pisos turísticos. Con
el fin de evitar estas molestias, más de 1.500 propietarios de viviendas turísticas
de Barcelona han instalado unos sensores de sonido que les permiten controlar
a distancia y las 24 horas del día el ruido que hay en el piso. Con ello
quieren que los vecinos descansen y que sus inquilinos no sean un problema.
Eduardo
es dueño de un apartamento turístico con licencia y acaba
de recibir una alerta por exceso de ruido. Inmediatamente, se pone en contacto
con el inquilino. Le avisa este
dispositivo que colocó en una de las estancias antes de que llegaran los nuevos
turistas. Se trata de un sonómetro que mide los ruidos que se producen en el
interior del piso 24h al día.
Nacho
Suárez, creador del sonómetro, asegura que el aparato "detecta patrones
sonoros, en ningún momento graba conversaciones, son la expresión sonora que va
analizando, en ningún momento compromete al cliente".
Un dispositivo que al dueño de la vivienda le permite
hacer un seguimiento de su piso alquilado con el móvil u ordenador desde
cualquier sitio, incluso desde casa. Es una iniciativa para evitar que los huéspedes, se conviertan
en una pesadilla para los vecinos.
El aparato cuesta 149 euros y unos 10 de mantenimiento
mensual y ya se han instalado en 1.500 pisos turísticos legales.