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ENTREVISTA A UN EXPERTO

Un experto cree que el rescate de los niños atrapados en Tailandia necesitará "investigación y tiempo" y augura "un proceso largo"

David Quinzaños, cabo primero del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil, cree que enseñar a los niños a bucear para sacarlos de la cueva es una opción remota dada su situación física y mental y subraya que "la solución es o evacuar el agua o buscar otra entrada, porque estas cuevas siempre tienen entradas".

La noticia de la aparición con vida de los doce niños de un equipo de fútbol y su monitor en una cueva de Tailandia supuso una gran alegría para familias y miles de personas que seguían día tras día el caso.

Sin embargo, no todo han sido buenas noticias. Ahora comienza la nueva lucha, la de sacar a los 13 atrapados de la cueva, una operación que podría demorarse durante unos meses dadas las condiciones meteorológicas.

David Quinzaños, cabo primero del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil explica que una de las opciones que se baraja es enseñar a los niños a bucear para que puedan salir, aunque considera que es la opción menos probable.

La cueva tiene ahora mismo mucha agua debido a las lluvias torrenciales que se están produciendo y aunque sigan quitando agua con las bombas, habría que esperar mucho tiempo porque deberían "enseñar a los niños a bucear y hay que recuperarles física y mentalmente, por eso lo barajan como la única opción de todas", señala.

"La solución es o evacuar el agua o buscar otra entrada, porque estas cuevas siempre tienen entradas", explica Quinzaños, que cree que se necesita "investigación y tiempo" aunque augura que va a ser un proceso "largo".

Preguntado sobre la situación de los niños, cómo se encuentran tras diez días atrapados, Quinzaños explica que seguramente hayan estado "todos juntos, con contacto físico, porque no verían absolutamente nada". Añade que han estado "a oscuras 24 horas al día los diez días y sin comer nada, con unas condiciones de humedad tremendas y lo único que tienen es el contacto físico entre ellos, es lo único que les ha quedado".

Para llegar hasta el lugar donde se encontraban los niños, ha sido un camino largo. De hecho, los buceadores tardaron seis horas en volver buceando a la superficie. Quinzaños explica que estos dos buceadores son solo "la punta del iceberg" y señala que "detrás de ellos hay un equipo trabajando de decenas que son quienes ayudan y aportan material para que sigan avanzando".

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