La estafa de las funerarias en Valladolid, que se estuvo produciendo durante 20 años a miles de personas, consistía en dar el cambiazo a los ataúdes para su reventa. Los trabajadores, justo antes de la incineración, trasladaban el cuerpo a un ataúd mucho más barato, para luego volver a vender el que había comprado la familia del fallecido. Además, reutilizaban las coronas y los de flores ya usadas para otros difuntos en miles de velatorios.
El programa Espejo Público ha tenido acceso en exclusiva a las declaraciones inéditas de los implicados: la del extrabajador de la funeraria que amenazó al dueño con sacar todo a la luz y del propio dueño, en prisión preventiva, que dice ser víctima de extorsión.
El ex trabajador del Grupo de funerarias El Salvador insiste en su versión, que el negocio se llevaba a cabo el 'cambiazo' de ataúdes para revender el que había comprado la familia y apunta como responsables a los dueños. Ha afirmado que los cadáveres se cambiaban a otras cajas "que se compraban, que no valían nada. Que eran de aglomerado".
Una versión que se contradice con la que da en la sala precisamente el dueño de la funeraria. "Si no merece ni la pena, si un ataúd cuesta ahora mismo, a mí me está costando 100 euros ¿para qué quiero yo el ataúd luego?", aseguraba ante el juez.
El dueño dice que todo viene porque este ex empleado le chantajeó en su día con denunciarle si no le pagaba el dinero que pedía por su jubilación.Y le señala a él como responsable del cambiazo de los féretros: "porque si nadie le ayuda, ¿cómo va a coger él y va a sacar el cadáver de una caja? Yo lo que digo es que si alguien le ayudó, que lo demuestre".
Estas declaraciones permiten avanzar en la investigación porque hasta ahora lo que la Policía tenía sobre la mesa eran una libretas manuscritas, en las que aparece escrito: "la caja es la tercera vez que se cambia, es muy buena, de madera". Unas anotaciones del ex trabajador en las que se detallaban todos los movimientos que allí se hacían: intercambio de cajas e intercambio de cenizas.
