CNI
El único espía sobreviviente al atentado en Irak explica cómo fue el ataque y el beso que le salvó
Sánchez Riera, pasados 20 años del atentado, cuenta en un libro "tremendamente personal" y que no contiene "secretos" todo lo ocurrido.

Publicidad
José Manuel Sánchez Riera, el único sobreviviente del atentado yihadista ocurrido en Irak en 2003, donde murieron siete de sus compañeros del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), ha publicado un libro en el que cuenta en primera persona lo sucedido y todo el sufrimiento posterior.
En la novela 'Tres días de noviembre', publicada por Espasa, Sánchez Riera comparte un desgarrador relato en primera persona sobre el atentado que cambió su vida para siempre. A su vez, explica cómo tras ese suceso se sintió como un "muñeco", incapaz de mostrar ninguna "afectividad" hacia su familia, incluida su mujer e hijos.
Pasados 20 años, Sánchez Riera se siente preparado para compartir lo sucedido. Según cuenta, ha sido capaz de "estructurar" los hechos, aunque advierte que su obra, "tremendamente personal", no contiene "secretos".
El atentado
El 26 de noviembre de 2003, el equipo del CNI llegó a Irak desde Kuwait. Durante su trayecto hacia las bases de Diwaniya y Nayaf, hicieron una parada para descansar en la carretera, momento en el que se tomaron una foto en la que aparecen los ocho agentes.
Tres días después, el 29 de noviembre, mientras regresaban de Bagdad a sus bases en Latifiya, a unos 30 kilómetros de la capital, fueron atacados. Recuerda cómo escucharon el ruido de un motor acelerando, seguido inmediatamente por disparos. "Pude girar la cabeza y vi un vehículo blanco tipo americano y a dos individuos con fusiles abriendo fuego contra nosotros. Fue un momento de locura, de pánico", rememora Sánchez Riera en una entrevista concedida a EFE.
El beso de la salvación
En medio del ataque, decidió pedir ayuda. Asegura que en ese momento su sensación fue "tremendamente fría", ya que se sentía como el único individuo en el mundo que debía salir de allí, "aunque fuera muerto".
En una entrevista concedida a Antena 3 Noticias, relata acerca del ataque: "Empezaron a pegarme puñetazos y patadas. Hubo un momento en el que pensé que no iba a ver a mi familia, me tiré al suelo y me hundí".
Después de sentirse rodeado y agredido por una turba, un hombre se le acercó, le dio un beso en la mejilla y, de alguna manera, la violencia cesó. Después supo que ese gesto en el mundo árabe "significa protección".
Volver sin sus compañeros
Esa primera noche, después de perder a sus compañeros, Sánchez Riera luchó con una mezcla de emociones. Por un lado, se sentía culpable por la muerte de sus compañeros, pero por otro, agradecido por seguir con vida.
"Tenía mucho miedo, pensaba que era un cobarde, que era culpable. Parecía que los había matado yo", confiesa. Con el paso del tiempo, se dio cuenta de que había tenido "suerte", aunque no encontraba una respuesta clara al porqué él había sobrevivido y sus compañeros no. "Llámale destino", dice.
No se erró en la planificación
Sobre la misión en Irak, Sánchez Riera relata que, aunque era el menos experimentado, era consciente del riesgo al que se enfrentaban, especialmente después del asesinato de otro agente del CNI, José Antonio Bernal, ocurrido un mes antes. A pesar de ello, todos decidieron voluntariamente asumir la misión. Aunque algunos partidos de la oposición cuestionaron la planificación de la operación, Sánchez Riera defiende que "no hubo un error de cálculo, fue básicamente una desgracia".
En cuanto a la posible filtración que facilitó el ataque, Sánchez Riera no tiene certeza, pero apunta hacia el intérprete, quien podría haber sido presionado. Aunque no tiene ninguna certeza, piensa que pudo haberlos delatado después de que amenazasen su vida o la de sus familiares.
Su vida después del atentado
Sánchez Riera describe que vivió "muchas vidas" tras el ataque. Pasó un tiempo en el extranjero con su familia, pero al regresar, se desconectó completamente de su entorno familiar. Esto lo llevó a buscar ayuda profesional, y en 2009, tras un viaje de trabajo a Egipto, decidió pedir ayuda a un psiquiatra. A raíz de este proceso, en 2013, comenzó los trámites para solicitar la incapacitación permanente debido al trastorno de estrés postraumático.
Hoy en día, ha encontrado una forma de superar sus secuelas gracias al apoyo a víctimas del terrorismo. A través de la Asociación de Víctimas del Terrorismo de la Comunidad Valenciana, Sánchez Riera da charlas en colegios, institutos y universidades, compartiendo su experiencia con los jóvenes.
En cuanto a su vida actual, asegura: "Tengo una buena vida". Además, destaca que alejarse del CNI fue una de las mejores decisiones que ha tomado.
El CNI honra a sus siete compañeros caídos en el atentado del 29 de noviembre con nueve llamas en su acceso principal en Madrid. La novena llama está dedicada a todos aquellos que, en secreto, han dado su vida en servicio de España.
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y no te pierdas la última hora y toda la actualidad de antena3noticias.com
Más Noticias
-
Detenido en Valencia por engañar a su expareja y darle de beber amoníaco en vez de agua
-
Dañan decenas de lápidas en el cementerio viejo de Isla Cristina en Huelva
-
Las primeras palabras de Fàtima Ofkir, la joven amnistiada tras pasar 7 años en una cárcel de Omán: "Muchísimas gracias, ya estoy de vuelta en casa"
Publicidad