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ensayo clínico que se ha aplicado con éxito a 4 personas

Utilizan la estimulación cerebral para tratar la anorexia severa y crónica: "Empiezo a ser feliz, llevaba cuatro años sin comer"

"Empiezo a ser feliz y como, hacía cuatro años que no comía", así explica una mujer con anorexia cómo se siente tras haberse sometido a un tratamiento experimental en el Hospital del Mar.

Neurocirujanos y psiquiatras del Hospital del Mar han impulsado un ensayo clínico para probar la eficacia de la estimulación cerebral profunda en pacientes con anorexia severa y crónica, una técnica que puede "dar una salida" a los enfermos crónicos que no han respondido a ningún tratamiento.

Así lo ha explicado la neurocirujana responsable del proyecto, Gloria Villalba, que ha destacado que este ensayo es "pionero en Europa", con peculiaridades que lo hacen "único en el mundo", y permite que "pacientes que no tenían salida ahora encuentren una esperanza".

La estimulación cerebral profunda se consigue tras implantar dos electrodos en el cerebro con la ayuda de un robot, que van conectados a una pila insertada bajo el abdomen y que envía corrientes constantes a dicho órgano. Se trata de una técnica utilizada desde hace años para tratar otras enfermedades, como el Parkinson, aunque nunca hasta ahora se había probado su eficacia para el tratamiento de la anorexia.

El ensayo del Hospital del Mar, financiado por una beca del Fondo de Investigación Sanitaria y el Centro de Investigación en Salud Mental del Ministerio de Sanidad, tratará a ocho pacientes en total, cuatro de los cuales ya han sido operados y tres de ellos han mostrado una respuesta "variable pero satisfactoria", según ha afirmado Villalba.

Una de las pacientes tratadas con éxito es Elisabeth Valladares, de 42 años, que desde los 30 sólo ingería líquidos: "Empecé con 14 años a hacer dieta, cada vez restringía más y perdía más peso. Tras diferentes tratamientos me dejé, ya no quería vivir más", ha explicado, emocionada. Hace dos meses y medio que Valladares recibe la estimulación cerebral, y ya ha empezado a ingerir alimentos sólidos por su propia cuenta y prácticamente no toma laxantes ni diuréticos, algo que consumía en abundancia, y está aumentando de peso.

La paciente ha explicado que el principal cambio que nota es que no tiene sentimiento de culpabilidad cuando come, algo que se había convertido en su principal problema: "Empiezo a ser feliz y a llevar una vida normal".

La anorexia es un trastorno alimentario y es la enfermedad mental con más mortalidad, con una tasa de alrededor del 5% de muertes causadas por suicidio y por complicaciones debidas al bajo peso, y aunque hay tratamientos eficaces que permiten superarla en una media de cinco años, entre un 20 y un 30% de los casos se cronifican.

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