Un total de 770 fallas, grandes e infantiles, ardieron en la última noche de la fiesta a pesar del viento y el tiempo desapacible en la comunidad valenciana. Pero a las ocho de la mañana, el centro de la ciudad estaba ya completamente despejado.
Unos 1.200 operarios pasaron toda la noche retirando las 2.000 toneladas de cenizas provocadas por los monumentos incendiados. Y el tráfico y el comercio volvieron a la normalidad en las 400 calles que fueron cortadas en Valencia en los días de Fallas.