Valencia cuenta ya las horas para el inicio mañana de los cinco días grandes de las Fallas, que la abocan a una vorágine festiva y de frenética actividad donde miles de falleros y turistas disfrutan del estruendo y el color pirotécnico, la emoción de la ofrenda y la quema de los 770 monumentos falleros.
Artistas y falleros tienen por delante una noche de insomnio y trabajo a contrarreloj para que mañana la ciudad despierte jalonada por todos sus rincones con el arte, el ingenio, el sentimiento y la gracia que los artistas plasman en los más de 380 monumentos falleros infantiles.
Aunque las previsiones apuntan a que las lluvias podrían hacer acto de aparición en las próximas horas, no serán importantes y darán paso a una semana que, a excepción de la inestabilidad del jueves, gozará de un clima soleado miércoles, viernes y sábado, con temperaturas de entre 18 y 20 grados.
Mañana se inician los días grandes de las fiestas josefinas pero el caleidoscopio fallero lleva días ya dando vueltas para mostrar una imagen compleja de la ciudad, transformada por el corte de setecientos tramos de calles para la instalación de monumentos y carpas y casales.
Ya hace días también que Valencia vive inmersa en el olor a fritanga y el aroma de chocolate de las churrerías que han emergido por toda la ciudad, y sus calles están tomadas por turistas y vecinos que disfrutan del ambiente primaveral y esperan con deleite los actos más emotivos de las Fallas.
Desde el pasado día 1, la ciudad también ha disfrutado cada día de la banda sonora por excelencia de sus fiestas: las mascletaes que a las dos de la tarde llenan de estruendo, humo y pólvora la plaza del Ayuntamiento en uno de los espectáculos que más público aglutina.
Este año tienen una ausencia destacada, la de Rita Barberá, quien durante más de dos décadas como alcaldesa presidía a diario el balcón consistorial desde el que se da la orden del disparo pirotécnico.
La vorágine fallera arranca mañana con la plantà de las fallas infantiles, que precede a la de los monumentos grandes del martes y el mundo fallero toma impulso para vivir un completo programa festivo con ruidosos despertares, pasacalles, concursos, comidas y paellas, verbenas y actividades infantiles.
Los turistas visitarán los principales monumentos falleros, con el epicentro en la falla municipal de la plaza del Ayuntamiento, y se asombran del espectáculo de las calles iluminadas, a la espera de la llegada de los dos días más emotivos de las Fallas, la Ofrenda de flores a la Virgen de los Desamparados.
Durante esos dos días, más de 100.000 falleros y músicos pasean por las calles de la ciudad hasta llegar a los pies de su patrona, llamada cariñosamente la 'Geperudeta', para depositar claveles de colores con los que dibujar su extenso manto.
Los hoteles hace su agosto en Fallas y para los dos días principales, 18 y 19, la ocupación en la ciudad supera ya el 90 por ciento, con lo que podría alcanzar el lleno total con las reservas de última hora.
El espectáculo pirotécnico de las mascletaes tiene su continuidad estos días por la noche con los castillos de fuegos artificiales que ponen el colofón festivo la noche del 18 de marzo con la Nit del Foc, una espectacular fusión de sonido y color que anuncia la llegada del día grande de las Fallas, el de San José.
Es el día de los rituales, y como cada noche del 19 de marzo, los 770 monumentos falleros dispersados por toda la ciudad serán irremediablemente consumidos por el fuego purificador que anuncia la llegada de la primavera y de cuyas cenizas renace el espíritu para las Fallas de 2017.
Con la madrugada bien entrada se pone fin a una nueva edición de las fiestas valencianas que a finales de año esperan ser declaradas por la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.