Andalucía
Vecinos de un pueblo de Málaga toman la única sucursal bancaria de su zona para evitar que la cierren: "Esto es un problema"
Varios vecinos de Bobadilla, un pueblo de Málaga, se han encerrado en la única sucursal bancaria que tienen, como protesta ante su posible cierre. Si se clausura, el banco más cercano está a 20 kilómetros de distancia.
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La atención bancaria a las personas de la tercera edad está siendo uno de los focos mediáticos más importantes en España desde hace meses, cuando un hombre jubilado denunció las trabas que le ponían los bancos para poder realizar las acciones que considerara pertinentes. Aquel hombre consiguió un apoyo masivo que mostró la necesidad de la presencialidad para quienes, siendo mayores, no se ven capaces de realizar las gestiones de manera digital.
Eso mismo están reclamando también en Bobadilla, un pueblo de Málaga que cuenta con una única sucursal bancaria, y cuyo cierre podría ser inminente. Por ello, varios vecinos tomaron este pasado martes la sucursal, se encerraron dentro sin protagonizar ningún incidente violento, y pidiendo de forma pacífica que no se cierre la única sucursal que hay en el pueblo.
Ello se debe a que, si esta sucursal cierra, la más cercana estaría a 20 kilómetros de distancia, en el municipio de Antequera, y a muchos vecinos no les sería posible acudir allí si no tienen coche. Por ello, la mayoría de vecinos que han realizado estas protestas, casi todos de la tercera edad, exigen que no se produzca el cierre, porque necesitan esa atención presencial como agua de mayo.
Promesas incumplidas a los vecinos
Los vecinos denuncian que se les prometió una atención personalizada, y que ahora, están dejándolos tirados: "Y un cajero que al día siguiente, estaba averiado", nos cuenta una vecina. Otra residente de Bobadilla explica que no quieren ese cierre de ningún modo "porque aquí habemus muchas personas mayores", mientras otra vecina nos dice que "esto es un problema".
Lo cierto es que la historia se ha hecho viral a lo largo de todo el país. Estos jubilados, a pesar de estar en la tercera edad, pelean como auténticos guerreros por unos derechos que, aseguran, se les está negando, y les complicaría muchísimo la vida, especialmente teniendo en cuenta que la sucursal más cercana está a una distancia tan grande.
Confían en que la presión mediática sirva para poder recuperar la sucursal bancaria del olvido, ahora que podría estar tan cerca del cierre. No obstante, ellos siguen protestando, y avisan de que no van a parar, puesto que consideran que se les está dejando en el olvido, y que no es justo que ellos tengan que pagar los platos rotos a un precio tan alto.
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