Vídeo: Un presunto 'diplomático' de la ONU la lía en un avión y es expulsado por la fuerza

El avión es el medio de transporte más rápido; no obstante, viajar en él puede ser en muchas ocasiones estresante. Los pasajeros de un vuelo de Ryanair en Lanzarote con destino Santiago de Compostela han vivido momentos de tensión en el instante en que el comandante del vuelo ordenó la expulsión de un pasajero que se negó a obedecer a la tripulación, provocando un retraso de unos 40 minutos en el viaje.

Tal y como se puede apreciar en los vídeos grabados por los pasajeros del avión, el pasajero, que aseguraba ser diplomático de la ONU, pidió a la tripulación ser reubicado en primera fila; no obstante, cuando los empleados le solicitaron su tarjeta de embarque, aseguró que no estaba obligado a presentarla. Ante la negativa a identificarse, el personal de la aerolínea comunicó al comandante, el cual, como máxima autoridad del vuelo, tomó la decisión de prohibirle viajar en el avión.

Tras esto, el pasajero se negó a abandonar la aeronave y, tras pedírselo en varias ocasiones, la tripulación se vio obligada a alertar a los miembros de seguridad del aeropuerto y a la Guardia Civil para intervenir. Estos tuvieron que, pese a la fuerte resistencia que opuso el hombre, desalojarlo por la fuerza.

Y es que, según la normativa aérea, todos los pasajeros deben cumplir con las indicaciones del personal y presentar la documentación cuando esta sea requerida para garantizar la seguridad y el orden durante el vuelo. El no obedecer a la normativa como ha sido este caso, el comandante puede expulsar a la persona.

Una pasajera se sube al ala del avión.

Los incidentes ocurridos en un avión pueden ser muchos y muy variados. Y el miedo a volar puede ser el detonante de algunos de ellos. El pasado domingo 22 de diciembre en el vuelo 323 de Alaska Airlines, que cubría la ruta entre Milwaukee y Seattle. Tras aterrizar sin problemas en el Aeropuerto Internacional Seattle-Tacoma, una pasajera sufrió un ataque de ansiedad que la llevó a activar una salida de emergencia y subirse al ala del avión.

Según las declaraciones de Perry Cooper, gerente de relaciones mediáticas del aeropuerto, el avión ya estaba completamente detenido cuando la pasajera abrió la puerta de emergencia, una acción que, en tierra, no supone un riesgo técnico para el aparato. Sin embargo, dado que un avión promedio tiene una altura de unos 18 metros, implicaba un peligro considerable para la pasajera.

El incidente movilizó de inmediato a los servicios de emergencia del aeropuerto, incluyendo a la policía y a los bomberos. Estos equipos se desplazaron rápidamente para ayudar a la mujer a descender de forma segura desde el ala de la aeronave. Posteriormente, la policía aeroportuaria determinó que era necesario trasladarla a un hospital para una evaluación médica. El portavoz del aeropuerto señaló que no hubo heridos durante el suceso y que las operaciones aéreas en Seattle-Tacoma continuaron con normalidad, ya que las autoridades lograron resolver la situación sin mayores complicaciones.

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