Vigilantes del Metro de Barcelona exigen medidas de seguridad tras brutal agresión a un compañero

La inseguridad en el Metro de Barcelona continúa siendo una preocupación creciente. Incidentes de carteristas, atracos y peleas se repiten semana tras semana, y en esta ocasión, los efectos de la violencia los ha sufrido un vigilante del metro de la Ciudad Condal.

El pasado fin de semana, un vigilante de 30 años fue agredido mientras trataba de mediar en un conflicto con un grupo de jóvenes que estaban causando altercados en un vagón. Los hechos ocurrieron en la noche del sábado al domingo, cuando los vigilantes intervinieron para poner orden y evitar que los comportamientos incívicos siguieran afectando a los pasajeros.

Sin embargo, la situación escaló rápidamente. Según los testimonios, los jóvenes reaccionaron con extrema violencia y comenzaron a golpear a los vigilantes, propinándoles patadas, puñetazos y utilizando objetos contundentes. Uno de los ataques, presuntamente realizado con un puño americano o un anillo con punta, impactó directamente en el ojo de uno de los vigilantes, provocándole una lesión irreversible.

El agresor, en libertad

El agresor de solo 19 años, fue identificado y, este lunes, pasó a disposición judicial, acusado de un delito de lesiones. El joven quedó en libertad con cargos, a la espera de que avance la investigación y la instrucción del caso. El expediente fue trasladado al juzgado de instrucción 16 de Barcelona, aunque inicialmente fue atendido por el juzgado 21. El abogado de la víctima ha solicitado personarse como acusación particular para seguir de cerca el caso y, en caso necesario, solicitar medidas cautelares contra el agresor. De momento, este debe comparecer ante el juzgado dos veces al mes para firmar.

Exigen medidas de seguridad

No es la primera vez que los vigilantes se enfrentan a este tipo de violencia, y los trabajadores exigen medidas urgentes para garantizar su seguridad. Entre sus demandas se encuentran el aumento de la plantilla de vigilantes y la autorización para portar elementos de defensa personal, uno de ellos los botes de gas pimienta.

A la preocupación de los vigilantes se suman los usuarios, quienes también han expresado su inquietud por el creciente número de hurtos, peleas y actos de vandalismo que afectan al servicio. Tanto vigilantes como pasajeros exigen una respuesta inmediata ante esta creciente ola de inseguridad en uno de los transportes más utilizados de la ciudad.

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