Longevidad
Villabol de Abaixo: el secreto de la longevidad en una aldea que desafía al tiempo
Entre todos suman casi 500 años. Cinco vecinos de entre 90 y 102, Ermitas Álvarez, Josefa López, Esther Fernández, Baldomero Fernández y Valentina Rodríguez, son los habitantes de Villabol de Abaixo, una pequeña aldea de A Fonsagrada en Lugo, en la que saben bien cuál es el secreto de la vida eterna: el agua de la fuente.
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Si alguna vez se han preguntado cuál es el secreto para vivir más de 90 años con una sonrisa y una energía envidiable, la respuesta está en Villabol de Abaixo, una pequeña aldea en el corazón de A Fonsagrada, Lugo, donde parece que han domesticado el tiempo y lo único que envejece es el calendario. Con solo siete casas habitadas, esta aldea es la memoria viva de los cambios que marcaron el siglo XX en Galicia.
Cinco vecinos de entre 90 y 102 años, Ermitas Álvarez, Josefa López, Esther Fernández, Baldomero Fernández y Valentina Rodríguez, se reúnen semanalmente para compartir vivencias. Ermitas, la más veterana, celebrará su 102 cumpleaños en enero. Todos ellos han vivido la Guerra Civil, la posguerra y han sido testigos de la transformación social y económica que ha sufrido Galicia en las últimas décadas.
Con la mente clara y el corazón lleno de recuerdos, estos vecinos comparten un legado valioso. "En nuestros tiempos, el trabajo era duro, pero siempre había tiempo para disfrutar. Bailábamos mucho, nos reuníamos y compartíamos historias", cuenta Esther y añade: "Yo era muy bailadora, por eso me mantengo tan bien".
¿Pero cuál es el secreto de su longevidad? Todos coinciden en que el agua de la fuente de Villabol de Abaixo ha sido fundamental para su salud. "El agua de nuestra fuente es la mejor que conocemos, vamos todos", afirma Baldomero orgulloso y Ermitas asiente sonriendo, como si nos acabase de revelar un gran secreto.
Tienen de todo, menos gente. Villabol de Abaixo se enfrenta al reto de la despoblación. Hoy quedan 12 casas originales y solo 7 están habitadas. En las décadas de los 60 y 70, la aldea vivía una época de apogeo, con una escuela funcionando y "muchas familias que trabajaban en el campo", nos recuerda Josefa. En medio siglo, A Fonsagrada ha pasado de 16.000 habitantes a poco más de 3.000.
Pese a todo, estos vecinos mantienen vivas sus tradiciones. Se reúnen en filandón y celebran actividades como el encendido de la capilla en Navidad.
Ellos son los guardianes de la historia de A Fonsagrada. Valentina cumplirá 91 en abril. Recuerda lo que se trabajaba cuando ella era joven: «Era duro, en el monte». Baldomero lamenta que quede tan poca gente: «Y los que quedamos somos muy mayores». A la pregunta de si ha tenido muchas novias, Baldomero responde que "no" pero sonríe y el resto se ríe a carcajadas.
Solo se quedan en silencio para escuchar una maravillosa nana, la que nos canta Ermitas, de 101 años, a todos.
La vitalidad que desprenden es contagiosa, y su espíritu alegre se mantiene intacto a pesar de los años. Nos quedaríamos horas escuchándoles... porque son historia.
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