La violencia de género entre adolescentes está repuntando, asegura la Guardia Civil, y las nuevas tecnologías tienen mucho que ver en ello. En muchas ocasiones los jóvenes no son conscientes de que son víctimas o autores de este tipo de violencia.
"La manera en que los adolescentes cometen estos delitos es distinta, sus comportamientos son diferentes...Muchas veces esa violencia de género se da a través de las tecnologías, pidiendo todo el rato conocer la localización de la novia, la contraseña, que le enseñe mensajes de WhatsApp, que le diga con quién está hablando", explica el teniente de la Guardia Civil Daniel Moreno, responsable del Equipo Mujer-Menor (EMUME) de la Guardia Civil.
También muestra su preocupación por el hecho de que los adolescentes normalicen la violencia machista. "En muchas ocasiones los adolescentes no son conscientes de que lo que hay ahí es violencia de género, de que se está cometiendo un delito. Para ellas es normal que su novio tenga su contraseña... Acudimos a los centros escolares para hacerles ver que eso no es así y que tenemos que ser conscientes de que ese afán por controlar su vida es violencia de género", añade.
Moreno aclara que los más jóvenes también cometen agresiones y amenazan, injurian y vejan, pero los delitos en muchas ocasiones van ligados al teléfono móvil y las nuevas tecnologías. Un total de 249 menores fueron juzgados en 2018 por delitos en el ámbito de la violencia contra la mujer y se impusieron medidas en 230 de estos casos, según datos del Consejo General del Poder Judicial.
La Fiscalía General del Estado alertaba en su memoria anual de 2018 del aumento "inquietante" y "preocupante" de la violencia de género y de los abusos y agresiones sexuales entre menores. "Existe una inequívoca tendencia al incremento de la violencia entre menores, adolescentes y jóvenes. Esta tendencia se refleja tanto en el ámbito doméstico como en las relaciones sentimentales iniciadas a una edad cada vez más temprana, y que se asientan sobre pautas de control y dominación del chico sobre la chica", explicaba la Fiscalía.
Protección a las víctimas
La Guardia Civil gestiona la investigación, la protección y el seguimiento de los casos de violencia machista, junto a la Policía Nacional, otros cuerpos policiales autonómicos y locales. Moreno incide en que los cuerpos están haciendo “todo lo posible” para que las mujeres víctimas y su entorno comprendan que “la única salida a esta situación es denunciar”.
“La misión es que seamos un apoyo para esas víctimas, que puedan confiar en nosotros y sepan que estamos para ayudar. Que sepan que no están solas, que la sociedad está con ellas y que nosotros somos conscientes del riesgo que pueden tener en función de cada caso y que vamos a hacer lo posible para evitar” el maltrato, añade.
Desde el EMUME se está haciendo mucho trabajo de formación, sensibilización y concienciación de agentes de la Guardia Civil en perspectiva de género y también en la adaptación de las instalaciones para atender a las víctimas. “Si la mujer viene al cuartel -a denunciar-, sin duda le cambiará su vida a mejor, que piense eso, que puede salir de ahí y que hay una vida en la que puede sonreír”, sostiene.
Violencia de género en la España despoblada
En la España vaciada, los agentes del instituto armado son con frecuencia la única cara de la lucha contra la violencia de género. En ese ámbito rural, dice Moreno, se está reforzando la sensibilización y el conocimiento de esta realidad que tienen los agentes porque “no es lo mismo un barrio de Madrid que un pueblo donde se conoce todo el mundo, donde si acudes al cuartel ya te han visto y a ver por qué has acudido y donde si denuncias a tu pareja te señalan”.
Moreno lanza un mensaje claro a las mujeres víctimas de violencia machista: "Hay salida". "La salida pasa por dar ese primer paso que somos conscientes de que es muy duro, sobre todo si han sufrido durante muchos años esta situación y que la Guardia Civil es un apoyo que se ha visto en muchos casos que ha servido para que la víctima pueda recobrar una vida normal y que vuelva a ser feliz", concluye.