Tolerancia cero
"Te voy a hacer daño con aquello que más aprecias", una de las amenazas que hay detrás de la violencia vicaria
Esta es una de las amenazas que sufren algunas de las víctimas de maltrato por parte de sus parejas o exparejas. Analizamos sus consecuencias con dos psicólogas expertas.
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Es una de las formas más crueles de la violencia de género. Es aquella que busca herir a sus parejas o exparejas a través de sus hijos. Y no solo causa un daño, a veces irreparable, a las mujeres víctimas de esos malos tratos, sino también a los pequeños que crecen con "miedo, inseguridad y pueden repetir el mismo patrón" cuando sean adultos. Analizamos sus consecuencias con dos psicólogas expertas.
"Te quitaré a los niños", "ya verás lo que les pasa a las niñas", "te voy a quitar la custodia", "te voy a arrebatar lo que más quieres". Estas con algunas de las amenazas que soportan, día a día, algunas víctimas de maltrato por parte de sus parejas o exparejas. Es lo que se conoce como violencia vicaria. Y es aquella que se ejerce para hacer daño a las madres, pero a través de los hijos.
"Como nos hemos separado, yo ya no puedo seguir ejerciendo ese control que es lo que sustenta la violencia de género y te voy a hacer daño con aquello que más aprecias", resume Mar Lluch, psicóloga forense.
El lado más extremo de este tipo de violencia es el que acaba con el asesinato del menor, como, por ejemplo, en el caso de las niñas de Tenerife, Ana y Olivia o en el de Leo, el pequeño asesinado por su padre en un hotel de Barcelona. Es cuando se suele visibilizar y dar voz, pero los expertos alertan: va mucho más allá. Y el daño psicológico que les causa a los niños, a veces, es muy difícil de reparar. Les cala, les hiere y les marca de por vida.
¿Cómo identificar la violencia vicaria?
Natalia es psicóloga experta en violencia infantil. Nos enseña un dibujo de uno de sus pacientes, tenía solo cinco años cuando lo hizo. Y le puso este título: "papá monstruo". "Tiene muchos indicadores de agresividad", interpreta Natalia que, nos cuenta, este niño "tenía mucha rabia hacia el padre, pero también mucho miedo".
Asegura que le maltrató física y psicológicamente. A él y a su madre. "Insultos, calumnias, no querer entregar al menor, hacer daño directamente...", ejemplifica la psicóloga. Ahora ese paciente tiene 20 años y atrás deja una terapia psicológica intensa porque "lo más peligroso es que repitan patrón", dice Natalia. Y él lo repitió. Normalmente, nos explica, estos menores crecen con "mucho miedo e inseguridad".
Además de dañina, es una violencia más sutil, no es fácil identificarla, hay mucha manipulación previa. Mar, a quien introdujimos al principio, evalúa a estos menores. Lo hace a través de entrevistas y pruebas psicológicas específicas. Cree que es fundamental analizar al núcleo familiar y trabajar la formación, educación y la violencia de género desde edades muy tempranas para poder atajarla.
Se han tomado medidas para proteger a estos menores, por ejemplo, se ha establecido la suspensión del régimen de visitas de un progenitor cuando éste esté incurso en un proceso penal. Desde que hay registros, desde el año 2013, han asesinado a 47 menores. Y solo en este año, 18 se han quedado huérfanos.
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