Castores

Vuelven los castores al Río Tajo: ¿cómo pueden afectar al ecosistema?

Aparecen castores en el Río Tajo a su paso por la provincia de Guadalajara. Los Agentes Forestales de Castilla la Mancha los tienen detectados y estudiados desde hace tiempo y confirman que hay entre tres y cuatro núcleos familiares.

Castor captado en el Río Tajo a su paso por Guadalajara

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Acompañamos a Carlos Manuel Jiménez, Agente Forestal de Castilla la Mancha, y a su Agente compañero, también Carlos, a buscar los rastros de los castores en las riberas del Tajo a su paso por la provincia de Guadalajara. Y las encontramos: troncos roídos, virutas de estas mordeduras, señales en las cortezas de los árboles de los dientes de los castores y ramas apiladas en las orillas. Son la evidencia de que una familia de castores ha estado allí comiendo. Nos cuenta Carlos Manuel que les encantan las cortezas de Álamo Blanco, sobre todo en invierno porque en primavera prefieren buscar los brotes tiernos de las plantas acuáticas que surgen con el buen tiempo.

Y que han detectado entre tres y cuatro núcleos familiares y algún que otro ejemplar suelto en la zona. Lo que los Agentes creen por su investigación es que estos castores pueden proceder del otro núcleo de castores que fue soltado en el Río Ebro hace unos años por un grupo de Ecologistas llegados de los Países Bajos que pudieron traer castores de especie europea, no americana. Los castores se extinguieron en esta zona hace siglos y ahora parece que "alguien" ha traído castores de otras partes de Europa y ha realizado una suelta ilegal. La especie no ha causado daños significativos y vuelve al que era su viejo entorno natural.

No son una especie invasora, sino castores europeos autóctonos extinguidos hace siglos

No compiten con especies como los Nutrias, que se alimentan de peces

Nos cuenta Celia García Prendes, científica del Centro de Estudios Animales y de la consultora "Ideas Ambientales", que el tipo de especie que se ha encontrado es la misma que ya existió en el Río Tajo hace mucho tiempo, en la era de los romanos, y que desapareció hace siglos por la acción del ser humano... por tanto los castores que ahora viven en el Tajo no pertenecerían a una especie invasora sino a la especie autóctona de Guadalajara.

Los agentes forestales detectaron a los primeros ejemplares hace tres años y desde entonces los están monitorizando meticulosamente. De hecho, en este reportaje no localizamos el enclave exacto para que los curiosos no acudan a molestar a estas primeras colonias de castores que se desarrollan en la zona. Carlos Manuel Jiménez nos indica que, de momento, los daños que causan en la vegetación son muy puntuales y no han producido daño alguno en las infraestructuras del Tajo.

Han aparecido entre tres y cuatro núcleos familiares

Indican la baja contaminación del Tajo en Guadalajara

Por el contrario Celia García nos indica que la presencia de los castores enriquece los ecosistemas porque sus desechos vegetales sirven a muchas especies de insectos para alimentarse o como refugio. Los Agentes vigilan que no se perturbe a la población. Nos indican que hacen falta permisos especiales para acudir aquí a grabar o fotografiar, que no puede presentarse aquí cualquier persona sin autorización. Pero que la presencia de los castores es celebrada porque indica que los niveles de contaminación del agua no son altos porque estos animales no podrían vivir. Vuelven al Río Tajo los más perfeccionistas Ingenieros Acuáticos de la Naturaleza.

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