Inteligencia artificial
Bard, el ChatGPT de Google, aprende un idioma por su cuenta
La inteligencia artificial, en el punto de mira, después de que Bard aprenda un idioma por su cuenta.
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La inteligencia artificial (IA) parece que ha venido para quedarse. Cada vez son más sorprendentes los hitos que logra este 'cerebro' creado artificialmente. Después de que un tailandés asegurara que ganó la lotería con los números que le dio ChatGPT o que un medio italiano retara a sus lectores a que adivinaran qué artículos habían sido creado con AI, el ChatGPT, 'Bard', da un paso hacia el frente: aprende un idioma por su cuenta.
El vicepresidente de tecnología y sociedad de Google, James Manyika, confesó sorprendido en una entrevista para el programa 60 Minutes de la 'CBS', que uno de sus sistemas de inteligencia artificial había aprendido el bengalí, idioma oficial de Bangladesh, pro su cuenta, sin haber sido entrenada previamente para ello.
Explicó que con solo un par de apuntes escritos en bengalí, 'Bard' fue capaz de desarrolla una habilidad: aprender todo el idioma y traducir el idioma. Google está investigando cómo aplicar esta habilidad al resto de idiomas.
Google describe a su chatbot Bard como un experimento que permite la colaboración con IA generativa, "tecnología que se basa en datos anteriores para crear contenido en lugar de identificarlo", recoge 'Reuters'.
Una de las diferencias de Bard con ChatGPT es que la inteligencia artificial de Google es capaz de producir bloques de texto en un instante "a diferencia de cómo ChatGPT escribe las respuestas palabra por palabra", expresa a 'Reuters', Jack Krawczyk, director senior de productos. Advierte que hay que ser "muy cuidadosos" con la implementación de la tecnología ya que tiene "limitaciones".
La 'caja negra' de la AI: un misterio sin comprender
Los trabajadores de Google no acaban de comprender del todo cómo pudo aprender un idioma por su cuenta esta inteligencia artificial. "Hay un aspecto de esto que todos llamamos 'caja negra'. Es algo que no entiendes del todo", aseguraba en la 'CBS', el director general de Google Sundar Pichai.
Los modelos de lenguaje como ChatGPT o Bard usan algoritmos de aprendizaje profundo, una rama del aprendizaje automático. Estos sistemas de aprendizaje profundo hacen que la máquina tenga más experiencia y puede realizar tareas específicas como conducir un coche.
Este 'chatbot' de Google está basado en la tecnología de conversación Languaje Model for Dialogue Applications (LaMDA), con el que espera potenciar la experiencia de búsqueda para ofrecer "respuestas actuales y de alta calidad".
La UE quiere regular sistemas como ChatGPT
No solo la Unión Europea (UE) quiere regular por ley sistemas de inteligencia artificial por las dudas sociales, políticas y éticas que plantean. También lo piensa el CEO de Google, Pichai, quién manifiesta la necesidad de regular la IA para analizar cómo hacer uso de esta nueva tecnología. Es más, la compañía ha publicado un documento con recomendaciones para regular la inteligencia artificial.
"Es un área demasiado importante para no regularla bien"
Pichai asegura que la IA es un área "demasiado importante para no regularla". "También es un área demasiado importante para no regularla bien", añade. Italia ya se ha posicionado y ha prohibido, de momento, el uso de ChatGPT porque considera que no cumple con la protección de datos.
El ministro alemán de Transporte y Digitalización, Volker Wissing, reclama a la UE leyes que regulen la aplicación de la inteligencia artificial en los Veintisiete, por la preocupación de que que esta tecnología pueda utilizarse indebidamente. "Debemos reaccionar con sensatez ahora y regular la inteligencia artificial antes de que sea demasiado tarde para ello. Esto no debe volver a tardar años", expresaba Wissing a 'Bild am Sonntag.
A la vez que considera que es "esencial" buscar un equilibrio entre innovación y regulación donde se "definan unas leyes para una IA digna de confianza", aseguraba en el diario 'Handelsblatt'.
La Agencia Española de Protección de Datos ha abierto recientemente una investigación a la compañía de ChatGPT por un "posible incumplimiento" del Reglamento General de Protección de Datos.
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