Los drones, es decir, la tecnología aérea pilotada remotamente, pueden ayudar a eliminar o frenar la aparición de insectos portadores de enfermedades infecciosas como, por ejemplo, el Zika o el dengue, según ha asegurado el CEO de Arborea Intellbird, Carlos Bernabéu González, con motivo de la celebración del foro 'Medicina exponencial, cómo la tecnología está transformando la medicina', organizado por la Fundación Ramón Areces y la Fundación Pfizer.
El cambio climático y el incremento de las temperaturas están provocando que los insectos portadores de patologías infecciosas se extiendan "a gran velocidad" por todo el mundo, causando enfermedades graves entre la población que, en ocasiones, provocan la muerte. Sin embargo, las zonas donde se crían son de difícil acceso y los científicos que acuden a ellas para obtener muestras se exponen al riesgo de contraer estas infecciones.
Ante esto, los drones son capaces de acceder a las áreas donde se crían estos insectos sin poner en riesgo la salud de las personas. De hecho, y aunque todavía se están probando en proyectos "muy incipientes", se ha comprobado que esta tecnología es capaz de detectar los focos de cría de estos vectores, tomar muestras en áreas de "altísimo riesgo" y monitorizar los lugares donde hay niveles muy altos de humedad y temperatura.
Además, los drones permiten trasladar insectos modificados genéticamente, o esterilizados mediante radiación, a estas zonas con el fin de anular su reproducción. "Esto es algo que tiene un potencial extraordinario y que tenemos que hacer porque no nos queda más remedio ante el avance de determinadas enfermedades. Asimismo, también permiten analizar muestras de polen y contaminación para conocer cómo estas partículas afectan a las personas", ha argumentado Bernabéu González.
Ahora bien, aunque este uso es ya casi una realidad, todavía pertenece al "mundo de la ciencia ficción" el hecho de que puedan transportar materiales como, por ejemplo, medicamentos u órganos. Y es que, en esto influyen aspectos de seguridad básica área y de las propias limitaciones de esta tecnología ya que todavía no son capaces de detectar movimientos a su alrededor y reaccionar ante los mismos.
"Para que podamos tener un mundo con los sistemas aéreos pilotados remotamente necesitaremos un sistema de controladores de vuelo extremadamente eficientes y digitalizados que sean capaces, en tiempo real, de frenar y dirigir la trayectoria de cualquiera de ellos", ha explicado el experto.