Martin Cooper fue el encargado de realizar la primera llamada con un teléfono móvil. Fue en 1973 y estaba destinada a su principal competidor, Joel Engel. Con este logro, Cooper se convirtió en el padre de la tecnología móvil.
Este primer aparato costaba alrededor de 3.500 euros y pesaba cerca de un kilo. Además, su batería apenas duraba 30 minutos y tardaba diez horas en cargarse.
Aunque la verdadera revolución de los teléfonos móviles llegó en el año 2007 cuando irrumpieron en el mercado internacional los smartphones, como los conocemos ahora.
43 días después, el 75% de los usuarios de teléfono móvil se levanta con el despertador de su smartphone y un 70% no sale de casa sin comprobar si lleva el móvil y la cartera encima, entre otras cosas importantes como las llaves, según una encuesta Samsung y The Cocktail Analysis.
Resulta curioso ver cómo ha cambiado todo desde entonces. Por ejemplo, actualmente mirar la hora en el teléfono (76%), consultar el correo electrónico (57%), utilizar las aplicaciones de mensajería instantánea como Whatsapp (57%) o acceder a las redes sociales (54%) son otras algunas de las actividades frecuentes que realizamos gracias a nuestro smartphone nada más levantarnos. Impensable hace cuatro décadas.
En los trayectos de casa al trabajo, los usos más populares del smartphone son poner música (55%) y utilizar las apps de mensajería (51%). Ya en el puesto de trabajo o en el centro de estudios, casi la mitad de los usuarios españoles (47%) ponen su smartphone a cargar.
La hora de la comida es aprovechada de nuevo para utilizar la mensajería instantánea (63%), participar en redes sociales (49%) por encima incluso de hablar en persona con nuestros compañeros o amigos (46%) y comprobar el correo electrónico (46%). Dada esta gran actividad multitarea, el smartphone del usuario debe ofrecer un potente rendimiento y una sencilla gestión de las notificaciones, además de ahorrar en el consumo de batería, permitir la carga rápida y disponer de una amplia capacidad de almacenamiento en el propio terminal.
Acabada la jornada laboral, el uso de la mensajería instantánea (75%) vuelve a ser la actividad preferida, por delante de otras aficiones como ver películas y series (66%). En cuanto a los fines de semana, el uso de la mensajería instantánea (76%) y el acceso a las redes sociales (68%) son las principales actividades asociadas al móvil.
Al salir más de casa, la cámara del smartphone es una herramienta indispensable para hacerse 'selfies' o compartir en las redes sociales las fotografías de los lugares que se visiten. Hablar por teléfono, el viejo uso original de los dispositivos móviles, solo es habitual para el 50% de los más jóvenes (los menores de 25 años), mientras que el porcentaje sube hasta el 63% en el caso de los mayores de 25.
El consumo de contenido multimedia está tan instaurado que el smartphone se ha convertido para muchos en un reproductor de música, vídeos y videojuegos. A la hora de jugar, el smartphone ha conseguido superar a la videoconsola como dispositivo más utilizado: un 83% de los millennials españoles juega en su smartphone, preferentemente con otras personas online (54%) u offline (44%).
Destaca también el protagonismo del smartphone en la actividad deportiva, para poner música (78%), controlar la distancia recorrida (54%), medir las calorías quemadas (51%) o comprobar las pulsaciones (33%).