La nueva normativa de uso de drones en España abre un filón de servicios en las ciudades: los hospitales podrán transportar sangre y material urgente por encima de atascos y calles anegadas por lluvias, las fuerzas de seguridad vigilarán mejor y los monumentos podrán ser inspeccionados desde el aire.
El nuevo real decreto sobre uso de drones, que ya entrado en vigor tras su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE), amplía a cinco los escenarios operativos de estas aeronaves no tripuladas, que desde ahora podrán volar también en las ciudades, siempre y cuando cumplan con los requisitos de seguridad exigidos por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA).
"No hay que confundirse, no es que ahora vayamos a ver drones volando por la ciudad sin ningún control, ni mucho menos", pero sí se utilizarán para muchos más servicios, asegura el profesor de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) Israel Quintanilla, director del máster en Construcción, Pilotaje y Aplicaciones de Sistemas de Aeronaves no Tripuladas (MUAS) en la UPV, que cuenta con más de cien profesores y 30 instituciones y empresas involucrados en su docencia.
Hasta ahora, el único escenario legal operativo para drones era el vuelo de día en zonas rurales, fuera de las ciudades. Desde 2014, con la aprobación del primer marco regulador temporal para actividades con drones, se han habilitado casi 3.000 empresas en el sector, además de 3.693 pilotos y 4.283 drones; También se dedican a ello en España 74 escuelas de formación y una veintena de fabricantes, según datos oficiales.
Con el nuevo reglamento se impulsarán nuevos escenarios operacionales, como poder volar en espacio aéreo controlado, vuelos nocturnos, o impulsar nuevas actividades urbanas como la limpieza de rascacielos, inspección de fisuras o daños arquitectónicos de monumentos emblemáticos, control aéreo del tráfico, vigilancia de costas, según el experto.
Bajo el requisito obligatorio de la seguridad, en España los drones podrán sobrevolar entornos urbanos con personas, siempre que no sobrepasen los 120 metros de altura ni un peso superior a 10 kilogramos.
En el caso de que la actividad pudiera entrañar riesgos, según AESA, se exigirían medidas para mitigarlos (ampliar el número de hélices de los drones, acompañarlos de paracaídas, acordonar zonas de trabajo para evitar accidentes, etc).
El radio visual máximo de desplazamiento de los drones en la ciudad será de 100 metros, a una distancia de al menos 50 metros en horizontal de edificios y personas, lo que hace pensar que de momento, multinacionales como Amazon no optarán por transportar mercancías por el aire, según el experto.
El doctor ingeniero de la UPV y miembro de la Comisión Asesora de Drones de AESA recuerda que Amazon ya ha realizado pruebas de transporte de mercancías con aeronaves no tripuladas en el Reino Unido, y "lo que quiere es que el proceso sea automatizado". Sin embargo, actualmente toda la normativa a nivel internacional exige un piloto detrás del dron.
Con la nueva regulación de RPAS (Remotely Piloted Aircraft Systems), que es como se denominan técnicamente los drones pilotados, estas aeronaves también podrán volar por la noche y en el espacio aéreo controlado, es decir, en el de la aviación tripulada.
Asimismo, el nuevo reglamento determina que en zonas despobladas el radio de visión de 500 metros (que equivale aproximadamente a 80 hectáreas, es decir unos 160 campos de fútbol) es ampliable a otros 500 sucesivamente, siempre que un observador mantenga contacto visual con el artefacto.
Todos estos nuevos escenarios operacionales fomentarán el crecimiento del sector por permitir actividades que hasta la actualidad no eran viables.
Así, se podrá ampliar la superficie de vuelo de servicios de agricultura de precisión, cartografía, vigilancia de cultivos, control de vertidos de escombros, o inspección de construcciones ilegales en el campo que ya se venían haciendo en espacios más reducidos.