Según un estudio, miramos el móvil unas 150 veces al día. Una joven hace esa confesión:"Sí, yo vivo todo el día pegada al móvil". Otra añade: "Yo creo que es inercia, tienes el móvil encima de la mesa o lo tienes en el bolso y tienes que consultar algo".
Una imagen cada vez más habitual, grupos de amigos, sentados, en silencio, y pendientes únicamente de su smartphone. Los más engachados no pueden estar más de seis minutos sin mirar la pantalla. Eso sin contabilizar mensajes de Whatsapp, Facebook o Twitter.
"Incluso aunque no te manden mensajes, ya los miras tú", "estás más pendiente de lo ajeno que de con quién estás", explican varias personas. Caminando por la calle, en el metro y también en casa. Los expertos advierten de que aisla del mundo real y genera adicción. Incluso hay usuarios que sufren ansiedad si se quedan sin conexión.
Generalmente el indicador de que hay un problema es la ansiedad ante la pérdida de bateria. En un bar de Brasil han diseñado un vaso que solo se sostiene si colocamos debajo el teléfono. En otros restaurantes se prohíben y ofrecen un servicio de 'guardamóviles'.
Lo que más se emplea es la mensajería, las llamadas de voz y mirar la hora, aunque esto último solo es una excusa para seguir conectado.
