Mientras que la vista y la voz están muy avanzados en robótica, el sentido del tacto aún es muy rudimentario. Un equipo de investigadores suecos está desarrollando una piel artificial que simula el tacto humano. Con la aplicación de este descubrimiento, las funciones de los robots se multiplican considerablemente.
Las personas, normalmente, sabemos cómo agarrar un huevo sin romperlo. Pero, ¿cómo lograr un robot capaz de lavar la vajilla y sujetar las copas de cristal sin romperlas? Pues teniendo uno con piel artificial para que pueda adaptar la cantidad de fuerza necesaria a la hora de agarrar o manipular diferentes objetos. Varios equipos de investigadores en el mundo trabajan para ello. Y lo primero ha sido crear dispositivos electrónicos, con materiales inorgánicos que, por fin, se pueden doblar.
Una hoja compuesta por silicona y metal líquido es capaz de transmitir información a un PC sin cables. Es grande y todavía necesita que la sujeten al abdomen de la voluntaria con dos correas. "Es la primera vez que se enseña una piel artificial, que además de ser flexible, elástica, adaptable a cualquier superficie curva, se puede también conectar sin clave a un ordenador personal", asegura un científico de la Universidad sueca de Uppsala.
El parche se pega a la epidermis como las calcomanías de los niños. Se ha probado ya con éxito para medir constantes vitales. Una vez adherido a ella, se contrae, estira y responde del mismo modo que la piel natural. Es un elástico ultradelgado que contiene una estructura electrónica miniatura. En el futuro, su aplicación es evidente: esta piel electrónica pegada al cuerpo del paciente reeplazará los incómodos y voluminosos electrodos y cables que se utilizan hoy para el diagnóstico y seguimiento cardiaco.
"En el futuro, los dispositivos electrónicos flexibles serán de uso cotidiano. Por ejemplo, los teléfonos móviles se doblarán como el papel de periódico. Y en medicina reemplazarán las técnicas de monitoreo habituales", explica un profesor, también de esa universidad sueca. Pero las puertas que abre esta nueva piel electrónica son todavía más enormes: Un felpudo electrónico podría reconocer las huellas de los habitantes de la casa o un asiento de coche determinar las condiciones físicas del conductor. Más aún: una piel electrónica podría dotar del sentido del tacto a las prótesis de manos y pies amputados.